La 'demencia' volvió a aclamar a los 'toreros'

La demencia parece haberse acomodado definitivamente en el Palacio de Deportes, tras muchas dudas desde que el Estudiantes abandonó el Magariños. Los jugadores se lo agradecieron con un gran partido ante el Valvi, una de las revelaciones de la Liga y, como antaño, tuvieron que volver a la pista tras el partido, al escuchar el viejo grito: "Que salgan los toreros".La faena la inició Winslow en el calentamiento. Tensó sus músculos mientras la demencia hacía lo propio con sus gargantas, y ambos demostraron estar a punto cuando Winslow concluyó el calentamiento con un mate de espaldas. La, primera parte fue intensa, con buenas defensas e intercambio de contrataques. La diferencia la puso Winslow, una versión mejorada de David Russell. Se fue al descanso con tres balones robados, ocho rebotes, una asistencia y 20 puntos. Antes de irse, había vuelto a poner a prueba las gargantas del palacio con otro espectacular mate de espaldas. Además, Herreros se mostraba impecable, Antúnez rapidísimo, mientras Alexander era la mejor respuesta entre los visitantes, y casi bastó para igualar el resultado ante las diabluras de Winslow.

El Estudiantes dio con la fórmula para batir al Valvi poco antes del descanso, al que llegó con ocho puntos de ventaja (45-37), restando altura a favor de la velocidad. El sistema funcionó a pedir de boca en la reanudación, y la diferencia pronto fue muy cómoda, así que cuando Winslow recibió la cuarta personal (m. 25) y se fue al banquillo, su aportación ya no era imprescindible. Antúnez movió al equipo a velocidad de vértigo, Montes se lució en los contragolpes, Pinone puso orden en la zona y el Valvi dobló la rodilla.

Más aún. La demencia recibió los 20 puntos de ventaja (83-63) con gritos de "somos el primer equipo de Madrid" y rápidamente decidió aumentar la euforia -"Estudiantes campeón, chimpún-. Ante tanta euforia, Winslow y Montes acabaron el encuentro con sendos mates, y aún no habían alcanzado el túnel de vestuarios cuando volvió a escucharse aquello de "que salgan los toreros".