El Zaragoza logró su mínima ventaja en el minuto 89
El Zaragoza cumplió con su tradición de esta temporada: no dejar un partido sin marcar y conseguir un gol, en este caso el único, en los últimos minutos. Sirakov hizo en el 89 un tanto de mucho valor, especialmente si se considera que la base del planteamiento local era que el Hamburgo no lograra ninguno. Como se tiene confianza en hacer en el encuentro de ida por lo menos otro gol, siguiendo igualmente la tradición, el equipo aragonés tiene bastantes posibilidades de pasar a los octavos de final de la Copa de la UEFA.
Pero el partido fue poco brillante y el Zaragoza no tuvo fortuna. Posiblemente por el deseo de que el Hamburgo no marcara, tuvo muy retrasado a Señor y en ataque rara vez había una asistencia para Pardeza, el más luchador. El pequeño extremo se veía obligado con frecuencia a utilizar los remates por falta de compañeros con los que jugar. Faltó audacia a un Zaragoza con centros altos inútiles al país de los gigantes alemanes.
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