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Bronca de Clemente a sus jugadores tras la primera derrota del Atlético

La primera derrota del Atlético de Madrid en la Liga, en Valladolid, supuso "un gran cabreo", en sus propias palabras, a su presidente, Jesús Gil. A primera hora de ayer telefoneó al técnico, Javier Clemente, para intercambiar impresiones. Clemente mantuvo fuego una reunión de casi hora y cuarto con sus jugadores. A diferencia de otras veces, en esta ocasión no hubo diálogo, sino monólogo. Su reprimenda ocupó todo el tiempo. Uno de los veteranos de la plantilla la resumió así: "Quiere que sepamos ponernos el mono o el esmoquin, según las circunstancias".

Gil exculpó a Clemente de la derrota y la achacó a la mala suerte y a la dureza del Valladolid: "Javier no tuvo la culpa del autogol del Atlético". "Tal y como se está poniendo el fútbol, que es una guerra, hay que distinguir entre directores de ballet y de guerrillas", continuó Gil; "los jugadores técnicos no pueden actuar en determinados campos. Si yo hubiera sido el entrenador, en el de Zorrilla no habría alineado a ninguno de ellos, sino a los guerrilleros. Para superar a ciertos conjuntos, cuya consigna es que no pase nadie, hay que ir a la guerra. Para ganar habría hecho falta pegar palos. A ver si ficho a un director de ballet para jugar en casa y a otro para hacerlo a domicilio".El presidente del Atlético no pudo disimular su disgusto. "El partido de Valladolid", comentó, "era la oportunidad para vivir un momento dulce. Me imagino lo que habría sido el próximo, en el estadio Calderón, ante Osasuna y con nuestra afición recuperada". Gil, que plasma sus impresiones en breves escritos diarios, confesó que el de la noche del domingo fue el siguiente: "Al Atlético siempre le ocurre algo. No podemos tocar la gloria".Clemente no quiso divulgar el contenido de su bronca a sus jugadores: "Son asuntos de la sala quirúrgica y no creo conveniente airearlos". Después, eso sí, matizó: "La derrota nos puede venir bien. No me preocupa perder. Lo que hay que saber es cómo se puede ganar. Con un frac no se puede ir a la mina, por ejemplo. El fútbol es resultados y practicidad". Uno de los veteranos de la plantilla confirmó que la moraleja de Clemente fue: "Hay que saber ponerse el mono o el esmoquin según las circunstancias".

Por otra parte, se ha suscitado la polémica entre Clemente y Manolo, suplente en Valladolid. "No le saqué de entrada porque, tras el partido con Hungría, habría tenido que cambiarle porque el encuentro iba a ser aguerrido", explicó Clemente. "No me preguntó si estaba cansado o no. Seguro que habría aguantado los 90 minutos. Los demás internacionales fueron titulares con sus equipos; algunos, el sábado", expuso Manolo.

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