Samantha Frankel
La discreta luna de miel de los Lendl
El pasado viernes, en una ceremonia privada, el mejor tenista del mundo, Ivan Lendl, de 29 años, se casaba, finalmente, con su novia, Samantha Frankel, de 21. La boda ha sido un simple trámite, porque de hecho Lendl ha seguido su rutina habitual y está en Barcelona disputando el torneo Godó, donde es el máximo favorito. Samantha le acompaña con discreción, como siempre, y ambos residen en una lujosa pero impersonal habitación de un hotel, como siempre.Nada ha cambiado en la vida de la pareja, excepto que se han vestido de novios para celebrar una breve ceremonia en la intimidad de su hogar de Greenwich, cerca de Nueva York, donde Lendl se compró hace años una mansión con 52 habitaciones.
Samantha Frankel es la hija de un multimillonario empresario hotelero que tiene una isla de su propiedad en el Caribe. Su presencia en los torneos siempre ha sido discreta. En el palco de los sufridores, donde sesientan los familiares de los tenistas, la calma de Samantha contrasta con los nervios de Tatum O'Neal, la mujer de John McEnroe, o con la extravertida madre de Arantxa Sánchez Vicario. Si sufría, Samantha lo hacía en silencio. Si se alegraba, nadie lo notaba.
La historia del noviazgo de Ivan y Sarnantha nurica ha salido completamente a la luz. Son novios oficiales desde hace cinco años, es decir, cuando Ivan tenía 24 y Samantha 16. Sin embargo, hay biógrafos que insisten en que sus relaciones se iniciaron cuando Samantha tenía 13 años, lo que no había agradado a su m ultírnillon ario progenitor.
La reserva de la pareja sólo se ha roto en dos ocasiones. Georges Mendoza, un periodista, comenzó a escribir una bíograria de Lendl con su beneplácito. Pero la idea no se llevó a cabo porque Mendoza y Lendl se pelearon. El periodista, herido en su orgullo, escribió hace dos años en la prensa sensacionalista londinense que Lendl contrataba a jóvenes prostitutas para hacer el amor delante de Samantha y que ésta se sometía a todos los caprichos del tenista sin protestar. El año pasado, Lendl apareció de nuevo en la prensa amarilla como uno de los presuntos amantes de Pamela Bordes, la prostituta india que se ha hecho famosa por sus affaires con destacados políticos británicos. Al parecer, Pamela había utilizado una tarjeta de crédito de Lendl para comprarse un Porsche, y la relación entre ambos se rompió al notar el tenista un descenso importante en su cuenta corriente.
Pese a todas estas acusaciones, Samantha ha seguido junto a Lendl. Se llevan bien en su discreción. Ahora disfrutan de una luna de miel atípica en Barcelona y sólo se han permitido un capricho: han descartado el hotel que les facilitó la organización y se han alojado en otro más discreto.
El matrimonio, de momento, no ha cambiado a Lendl. Será difícil que lo consiga. En la pista del Tenis Barcelona mantiene su actitud concentrada, seria, para algunos casi antipática. La revista Sports Illustrated tituló un reportaje sobre él, hace años, de esta forma: "El campeón que no interesa a nadie". Lendl rompió por una vez su reserva y escribió una carta al director de The New York Times en la que explicaba que él se concentraba mucho en la pista y se tomaba el trabajo en serio, pero que no era antipático: "En estos momentos soy la persona más feliz del mundo", escribió. De eso hace ya cuatro años, y Samantha ya estaba junto a él.
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