Los niños de Francia

Tendrán 20 años en el año 2000. Nacidos entre 1977 y 1981, han crecido en los ochenta. Años felices, pero también años de miedo. Son hijos de Madonna, de la guerra del Líbano y de la Coca-Cola light, pero también del terrorismo, de la pobreza, el SIDA y los asesinos de niños. Al querer saber qué es lo que tienen en la cabeza, hemos ido de sorpresa en sorpresa. Entre 8 y 12 años ya están increíblemente integrados, han asumído los códigos de la sociedad de los mayores. Francófilos hasta el chovinismo, y nada menos que proeuropeos, quieren a la bandera y les gusta el alcalde, el presidente de la República,la Iglesia, la policía, el orden. Los niños de 1989 eligen ministro y elección, palabras prohibidas hace 10 años. En esta época de abstencionismo galopante, ¿tendrían los preadolescentes más sentido cívico que sus padres?. Siguen rechazando a los políticos y los partidos, pero menos que sus predecesores. O sea, pequeños ciudadanos modelo. Más severos en sus juicios morales que un padre marista preconciliar, condenan sin remisión toda infracción del código social. ¿Lo más grave? Robar caramelos en una tienda. Pero desobedecer a los padres está mal también; incluso decir palabrotas. Son muy buenos, estos pequeños. Legitimistas en política, rigoristas en el plano moral. Pero hay que contar con el efecto deformante de encuestas de este tipo. Los niños se sienten tentados a contestar correctamente a lo que creen que se espera de ellos.

16 de septiembre