Creado en el Reino Unido el Partido Islámico
El Partido Islámico de Gran Bretaña acaba de saltar a la arena política del Reino Unido para defender los intereses de la comunidad islámica británica. Sus, fundadores; creen que sólo a través de un partido pueden proteger a los musulmanes, criterio no compartido por otros líderes islámicos, que ven en el nuevo grupo un riesgo de aislamiento. El Partido Laborista es el que más tiene que perder entre los convencionales si el nuevo partido llega a consolidarse.
La nueva formación ha sido presentada en la mezquita Central de Londres, en Regent's Park, como una que "pretende ofrecer una alternativa política y social viable a partir de los principios islámicos de justicia, benevolencia y tolerancia", según sil secretario general Sahib Mustaqim.En el confluso manifiesto de lanzamiento, Daud Musa Pidcock, su líder, recuerda la gloria que llevó a Occidente "la conquista por los moros africanos del sur de España en el año 711 y asegura que Napoleón manifestó su deseo de establecer un régimen basado en los principios islámicos. El Partido Islámico quiere atraerse a los alrededor de millón y medio de musulmanes británicos, "a quienes resulta difícil aceptar a un ateo como su líder", según Nicock.
La referencia es a Nell Kinnock, cuyo Partido Laborista es el que rnás se ha beneficiado hasta la fecha del apoyo electoral islámico. "Cualquier partido que extrae sus votantes de entre los que tradicionalmente han votado laborista ha de ser tomado en serio", advierte Keith Vaz, parlamentario laborista defensor de causas musulmanas. Varios escaños de la oposición penden del hilo del apoyo musulmán.
Las protestas contra la publicación de Versos satánicos (ayer explotaron otras cuatro bombas en sendas librerías inglesas) ha sido el catalizador para el nacimiento del nuevo grupo, que se presenta como El partido de los creyentes y sólo admite como miembros de pleno derecho a musulmanes, aunque ofrece a los infieles la categoría de miembros asociados.
El nuevo grupo tiene entre sus objetivos extender a la fe islámica la protección que la ley contra la blasfemia ofrece al cristíanismo; crear escuelas públicas islámica, y eliminar el "actual inhumano sistema de servidumbre a los banqueros del mundo".
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