El vídeo, elemento desestabilizador

El vídeo está abriendo ventanas en todo el mundo y está demostrando ser un veneno para los Gobiernos que intentan restringir el libre flujo de información. La creciente insatisfacción con la programación propogandística ofrecida por las redes de emisión estatales ha provocado una demanda irrefrenable de cintas que son fáciles de introducir a través del contrabando y baratas de reproducir.En el Tercer Mundo el vídeo está muy solicitado, no sólo por las clases altas y medias sino también por las clases bajas, que se amontonan en salas de proyección improvisadas. En Chile, donde se celebrarán elecciones presidenciales en diciembre, algunos grupos de la oposición utilizan vídeos para criticar al Gobierno. En México, un grupo independiente distribuye vídeos que documentan sobre la brutalidad de la policía y del fraude electoral. Organizaciones clandestinas en Checoslovaquia hacen circular vídeos con entrevistas a los líderes oficialmente silenciados y también de conciertos de bandas de rock. En Sri Lanka, los utilizan las organizaciones guerrilleras como propoganda armamentística. Ningún grupo guerrillero es más conocedor del vídeo que los muyahidines de Afganistán.

Los vídeos, pues, pueden ser una fuerza liberalizadora, y están ofreciendo perspectivas inimaginadas a aquéllos cuyas ventanas al mundo habían estado cerradas por sus gobernantes.

7 de septiembre