Sebastian Coe se resistió hasta el último metro
El medio fondo despidió a su héroe, Sebastian Coe. El gran maestro cerró en Montjuïc una carrera deportiva inigualable. Su talento ha permanecido hasta el final. Con 33 años, más atento a su futuro político que al atletismo, Coe apuró su suerte en una prueba que ganó Abdi Bile, el candidato previsto. Pero el somalí tuvo que sufrir el acoso duro e interminable del gran atleta británico, que atravesó la meta pegadito al vencedor, en segunda posición, después de encabezar la última vuelta.En la pista estaban reunidas tres generaciones. Coe, a punto de cumplir 33 años, es hijo de la clase media. Junto a él, Bile (26 años), el hijo de un pastor nómada. Bile es un mediofondista natural. Y por último, Genaro di Napoli, la gran esperanza italiana.
Pocos dudaban que Bile ganaría, pero nadie se atrevía a descartar al inglés. Su carrera ha estado salpicada de hazañas inolvidables. Su carácter le obligaba a despedirse con un golpe de efecto. Debía ganar.
Coe se colocó en una posición adelantada en la primera vuelta. El brasileño de Oliveira conducía la carrera con un ritmo discreto, mientras Bile y Di Napoli cerraban el grupo, atentos a la zancada y a los movimientos del británico. El trote era lineal. Coe estaba satisfecho con la marcha, y el resto también.
Lo que más beneficiaba a Coe era la marcha tranquila. El precio del tiempo pasa facturas muy duras. Lo mejor era buscar su suerte en la última vuelta. Así sucedió, Coe tomó la cabeza al inicio de la última vuelta. Bile le siguió sin dificultad. El británico se atrevió con un ataque largo y sostenido. Bile se colobó a la altura del británico a falta de 200 metros. Pero Coe no se entregó. Siguió el paso de Bile y se mantuvo en la calle de la cuerda. La resistencia llego a provocar el contacto entre los dos astros. Coe apartó con el brazo a Bile, dispuesto a pelear.
Tiempo atrás, la recta final era su reino. Ahora tenía que buscar las fuerzas como un primerizo, frente a un atleta más joven y potente. La lógica prevaleció. Bile se distanció un metro, un margen que conservó ante la indesinayable oposición de Coe. El estadio pidió el milagro. Sin embargo, Coe (3.35.79) no se recuperó, había jugado todas sus bazas al hacer los últimos 400 metros en 52 segundos. No fue suficiente. Extenuado, Sebastian Coe alzó los brazos y bajó la cabeza. El héroe se ha retirado.
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