Iberduero, Hidrola y Unión-Fenosa reducen sus beneficios semestrales por culpa de la sequía
Las principales compañías eléctricas españolas han comenzado a reflejar en sus respectivas cuentas de resultados los efectos derivados de la sequía. La consecuencia más importante ha sido una drástica caída en la producción energética de origen hidráulico (cifrada en el 62%), que ha tenido que ser compensada mediante el empleo de fuel y de carbón, lo que se ha traducido en mayores costes para las empresas eléctricas. Iberduero, Hidrola y Unión-Fenosa han sido las tres compañías que más negativamente han encajado esa situación, con notables pérdidas en los primeros seis meses.
Iberduero, cuyos beneficios antes de impuestos al término del primer semestre de 1989 han descendido en términos absolutos 3.879 millones de pesetas, al totalizar una cifra de 16.213 millones, es la compañía más afectada por la sequía. No en vano la sociedad que preside Manuel Gómez de Pablos genera la mitad de la energía que produce mediante centrales hidráulicas.Hidroeléctrica Española (Hidrola), por su parte, cerró el período enero-junio del presente ejercicio con unos beneficios antes de impuestos de 10.501 millones de pesetas, frente a los 12.214 millones anotados en el primer semestre de 1988, lo que representa una pérdida comparativa del 14%. El hecho de que el 46% de la producción total de Hidrola sea de origen hidráulico ha convertido a esa sociedad, por tanto, en otra de las grandes perjudicadas por la sequía, lo que le ha obligado a hacer frente a un incremento global de costes, que se ha traducido en un aumento de las compras netas del 39,8%.
Unión-Fenosa, que genera el 26% de su producción en centrales hidráulicas, ha sido otra de las compañías eléctricas españolas que en mayor medida ha dejado notar en sus resultados semestrales los efectos negativos derivados de la escasez de lluvias. Así, frente a unos beneficios de 5.903 millones de pesetas al finalizar el segundo trimestre de 1988, la cifra se ha reducido en el mismo período de 1989 a 5.340 millones, a la vez que las compras netas las incrementaba en poco más del 35% alcanzando la cifra de 48.213 millones de pesetas.
Las pérdidas globales que el sector eléctrico va a tener que soportar como consecuencia de la falta de precipitaciones podrían superar los 70.000 millones de pesetas, cifra aún no definitiva y que de confirmarse mostraría cierta correlación con los 40.500 millones de pesetas en que la patronal Unesa evaluaba el impacto que para el sector estaba teniendo la sequía al término del primer trimestre del año.
La producción global de energía hidroeléctrica, según los datos facilitados por Unesa, ha caído en España un 62% durante el período comprendido entre enero y junio de 1989, pasando de 13.896 a 8.578 millones de kilovatios a la hora. La producción hidroeléctrica representaba al término del primer semestre el 12,3% de la total frente al 35% un año antes.
Esta fuerte caída, sin embargo, se ha visto compensada por un incremento en la producción de electricidad de las centrales térmicas de carbón (que han pasado de 22.803 a 30.815 millones de kilovatio s/hora), experimentando un aumento de actividad del 74% en el semestre. Otra de las fuentes sustitutivas, el fuel, incrementó su producción en un 560%, y una tendencia parecida se observaba en la producción de las centrales nucleares, así como en la electricidad generada con gas natural.
Las compañías eléctricas han utilizado en el semestre 17,5 millones de toneladas de carbón, es decir, un 71 % más de lo que tuvieron que utilizar que en el mismo período de 1988. El consumo de fue] se ha disparado en un 298%, hasta alcanzar las 737.800 toneladas.
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