_
_
_
_
VELA

El 'Fortuna' entre los favoritos de la Vuelta al Mundo

La quinta edición de la Vuelta al Mundo de vela se inicia hoy en el puerto británico de Portsmouth con la primera etapa, que finalizará en Punta del Este (Uruguay) tras 6.281 millas. Casi 33.000 millas a través de todos los océanos deberán navegar los 24 barcos participantes, de 14 países, entre ellos España, con el Fortuna, que parte entre los favoritos, como único representante. Nueve meses de aventura, y cerca de seis en la mar, divididos en seis etapas, compondrán la Vuelta al Mundo 1989-1990. Esta regata no despierta la expectación de la Copa América, pero sí causa asombro por su magnitud.Los participantes deberán invertir prácticamente un año de su vida en la prueba, lo que representa toda una opción personal muy a tener en cuenta. Varios barcos sólo participarán en las primeras etapas, al no haber conseguido tripulantes para todo el recorrido.

En la actual edición habrá por primera vez seis etapas, al no hacerse la escala tradicional en Ciudad de El Cabo, más para evitar problemas de boicoteo que por razones de condena del apartheid. En las últimas ediciones, la política racista de Suráfrica también era la misma, pero no había la sensibilidad sobre el problema ni las recomendaciones de evitar con tactos con el país del apartheid que existen en estos momentos en el deporte mundial.

El no hacer la escala surafricana supondrá a los participantes dar la vuelta al mundo cruzando el Atlántico en diagonal hasta el famoso balneario uruguayo de Punta del Este, para seguir después allí hacia el Índico, como en ocasicones anteriores. De una primera etapa con las temibles encalmadas ecuatoriales y una mar tranquila, se pasará a los terribles 40 rugientes, vientos y mar embrabecidos al bajar del paralelo 40, con el consiguiente peligro de los hielos e icebergs antárticos.

Homenaje a Oceanía

La variante de la regata en esta quinta edición de la Whitbread será también un homenaje a Oceanía, pues en lugar de hacer una única escala en Auckland (Nueva Zelanda) se pasará primero por Fremantle, histórica sede del triunfo australiano, único no norteamericano, en la Copa América. Después, el regreso por el pacífico a Punta del Este convertirá al puerto uruguayo en una sede tan importante como el propio Portsmouth, punto de partida y llegada, con el aliciente previo de que los barcos deberán rodear entonces el mítico cabo de Hornos, uno de los puntos temidos, soñados y admirados por cualquier navegante.La última diferencia de la regata, esta vez para contentar a Estados Unidos, que siempre había quedado fuera de ella, será un desdoblamiento de la última etapa. Los barcos, en lugar de navegar directamente a Southampton, harán una escala en Fort Lauderdale (Florida), la ciudad natal de la tenista Chris Evert.

España estará presente en la prueba con un barco, el Fortuna, un maxi apoyado en un ambicioso proyecto, con el patrocinio. Nombres como Javier Visiers, el diseñador del barco y uno de los patrones, Jan Santana o José Luis Doreste, el campeón olímpico de la clase finn, en Seúl, que también ejercerá como médico, son una garantía para un buen resultado. Esta es la primera vez que Doreste, especialista en regatas de vela ligera, participe en una prueba de esta envergadura. Un éxito de este proyecto sería un acicate más en el siguiente gran reto español, promovido por el Monte Real Club de Yates de Bayona, de cara a la próxima Copa América.

El Fortuna, primer barco español clasificado en la pasada II Ruta del Descubrimiento, ha seleccionado a 19 tripulantes, que se irán alternando pues sólo 13 irán a bordo en cada etapa. Se trata de un maxi de 23,55 metros de eslora, y deberá luchar, sobre todo, con rivales como el Merit del suizo Pierre Fehlman, ganador de la anterior edición, con el UBS Switzerland. El objetivo del Fortuna es mejorar el sexto lugar conseguido en la edición 1985-86.

Otro barco español tenía prevista su participación, el Hispaniola, de Jordi Brufau, pero fue retenido en El Ferrol como consecuencia de un embargo preventivo por parte de algunos proveedores que habían facilitado diversos materiales. Este hecho agravó los problemas de Brufau, que tampoco tenía patrocinador.

La nota exótica de la regata en esta ocasión, fruto de la perestroika, será la participación por vez primera de un barco soviético, el Golden Fleece, curiosamente patrocinado por una marca estadounidense. Será otro de los maxis, junto al Fortuna y al Merit, además de tres barcos británicos y finlandeses, dos neozelandeses, un francés, un irlandés y otro sueco.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_