Barcelona 92

Todos aquellos que de una manera u otra hemos vivido con intensidad el mundo del deporte nos preguntamos constantemente qué sucederá en Barcelona el año 92.Parece que los responsables de los medios de comunicación intenten filtrar las noticias para no dramatizar la situación, pero es bien cierto que las cosas no van como deberían y que se tendrán que acabar algunas precipitadamente y llegar a la improvisación (arte en el que, por cierto, somos maestros) en algunas otras.

Podría parecer ésta una crítica gratuita y sin argumentos, pero está totalmente fundamentada, aunque la limitación del espacio para exponerlo me impide hacerlo como debería.

Lo que sí es muy claro es que hay varios hechos que son totalmente tangibles y que pueden exponerse tal como son:

1. La disparidad de opinión, divergencias y batallas entre los partidos políticos, en lugar de aunar esfuerzos (luego sucederá lo de siempre, "... la casa sin barrer").

2. La angustia y preocupación que parece embargar al COI y que se ha expresado pública y reitefadamente a través de don Juan Antonio Samaranch.

3. La magia, la ilusión por los Juegos ha desaparecido en general en la población. Antes de la concesión de los Juegos a la ciudad era un objetivo común, todos nos sentíamos partícipes, y ahora parece que sólo afecta a aquellos que han monopolizado la situación e intentan ganar afán de protagonismo con ella.

4. Se está teniendo en cuenta a los deportistas (ex y actuales) que sin duda alguna podrían aportar experiencia y, por supuesto, muchísima ilusión y tra-

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bajo a un proyecto tan bonito como es la organización de unos Juegos Olímpicos.

Tan sólo pido desde esta tribuna pública que se olviden rencillas, intereses, protagonismos y toda clase de individualismos e intentemos unir nuestros esfuerzos, los de todos los ciudadanos, para conseguir que este evento tan extraordinario como son unos JJ OO sean un verdadero éxito, especialmente para los que van a participar en ellos, que son los verdaderos protagonistas; en segundo lugar, para proyectar al mundo la imagen de una ciudad y un país civilizado y moderno; en tercer lugar, y cómo no, en beneficio de quienes vivimos y pretendemos disfrutar nuestra ciudad día a día y que gracias a este evento deportivo podemos y debemos mejorar la calidad de la infraestructura de nuestro hábitat, lo que repercutirá sin duda alguna en la calidad de vida de la población.-