Sebastián Palomo

, Sebastián Palomo Linares expone en un hotel bilbaíno -que desde hace varios años aprovecha las fechas de las corridas generales para presentar una exposición artística relacionada con los toros y su mundo- una muestra pictórica compuesta por 38 obras, la tercera que realiza en España. La pintura, una vieja afición del torero andaluz, ha ganado el tiempo libre que disfruta desde que hace cuatro años dejó de vestirse de luces. Palomo Linares mostró por primera vez sus pinturas en América, donde ya había triunfado en los ruedos.

El ex matador reconoce que las ventas de sus obras en Bilbao llevan un buen camino, pero no quiere hablar de su cotización. "En pintura no se puede hablar de precios caros o baratos", insiste, "lo importante es la calidad". Sabe Palomo que en el arte no hay carreras meteóricas. "En las plazas de toros aprendí que hay que hacerse un nombre poco a poco". Aunque su fama en el mundo de los toros ayuda a difundir sus cuadros, el artista asegura que son los coleccionistas quienes más interés demuestran en adquirir sus pinturas.

La luz del campo es el principal estímulo para la inspiración pictórica de Palomo. "Los artistas reflejan los rayos solares que reciben", explica. Sebastián Palomo Linares.

Acompañado de su esposa, Marina Danko, el torero pintor aprovecha su estancia en Bilbao para vivir intensamente las fiestas de la Semana Grande. Además de asistir a las corridas en la plaza de Vista Alegre, Marina y Sebastián se divierten en el ambiente festivo del casco viejo bilbaíno y con la compañía de los amigos.

Sebastián Palomo nació en Linares (Jaén) hace 42 años y tomó la alternativa en 1966. Casado con la colombiana Marina Danko, tienen tres hijos. Las obras que ahora cuelga en Bilbao son gouaches y óleos: los primeros, pequeños, con escenas taurinas; los segundos, grandes, no concretos, juegan con el color.