No sabe, no contesta
Los mercados de valores decidieron ignorar el mensaje que supone el incremento del IPC de julio, bien porque quienes pueden decidir están de vacaciones, bien porque la hipótesis de trabajo de los inversores contempla una tasa de inflación anual del 7%. El esperado aluvión de papel se quedó en nada y los mercados se limitaron a acusar recibo del dato inflacionsita retirando una pequeña parte del dinero que habían destinado este mes para gastos de bolsa. Los mercados monetarios tampoco fueron capaces de orientar a la inversión, pues todas las operaciones repitieron sus resultados anteriores, tanto la cesión de letras a tres meses, como la subasta de préstamos a un día, o el mercado interbancario. Frente a la apatía de las bolsas, la subasta de préstamos volvió a alcanzar los 1,4 billones de pesetas, lo que indica que siguen las tensiones y que no cesa la necesidad de liquidez de las instituciones de crédito.La sesión discurrió en medio de un gran desconcierto, causado por esa ausencia de órdenes vendedoras importantes, cuya espera había hecho desistir a priori a los posibles compradores, y parece que ahí está la clave de esta extraña sesión, en que nadie venía dispuesto a comprar a un mercado aparentemente lleno de papel. A media tarde, el mercado continuo reorientó sus cotizaciones al alza y obligó al índice a cerrar con una pequeña subida.
Otra de las explicaciones de esta inhibición de las bolsas es la posible reacción de las autoridades económicas ante la demostrada ausencia de freno de los precios al consumo.
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