Mujeres con carácter

La ley de Los Ángeles es, sin duda, una de las series de mayor éxito que han pasado por TVE en los últimos años. La misma situación se ha repetido en la mayor parte de los países donde se ha emitido. Las claves de su triunfo son muy diversas, pero, entre ellas, una destaca por su originalidad: el particular tratamiento que reciben los papeles femeninos.

En los episodios que estamos viendo en España en estas últimas semanas podemos observar cómo el centro argumental de la serie son diferentes conflictos protagonizados por las parejas que forman el amplio reparto de personajes del bufete McKenzie, Brackman, Chaney & Kuzak. Hombres y mujeres luchan y discuten de igual a igual, casi con la misma vehemencia con la que los dos creadores de la serie, Steven Bochco y Terry Louise Fisher acabaron por romper abruptamente su colaboración televisiva en pleno éxito de la serie. Las cualidades como productor y guionista de Steven Bochco han quedado suficientemente contrastadas con su trabajo durante años. Terry Louise Fisher aportó, en su colaboración con Bochco, la creación de un conjunto de papeles femeninos poco habituales en las series norteamericanas. No en vano Terry Louise Fisher fue la creadora, con anterioridad, de Cagney & Lacey, una popular serie que narraba la historia de dos mujeres policías.

Las actrices de La ley de Los Ángeles son mujeres de carácter que plantan cara a toda una tradición de papeles tópicamente encuadrados en el acompañamiento de la estrella masculina o en el puro lucimiento de sus encantos físicos.

Su carácter no es menos combativo fuera de las pantallas y, pese a la fama que le deben a la serie, no dudan en manifestar públicamente sus críticas al trabajo que les imponen. Michele Greene (Abby Perkins) insiste una y otra vez en decir que está harta de aparecer siempre llorando. Susan Dey (Grace van Own) tampoco está muy satisfecha con las limitaciones que los productores exigen a sus vestuarios. En su opinión, si le permitieran quitarse las chaquetas que siempre le obligan a llevar en los juicios podría aportar un elemento más sexy para convencer al jurado. Para Susan Ruttan (Roxanne Melman) su mayor problema es quizá superar los inconvenientes de ser tratada como si fuera la secretaria también cuando no está ante la cámara. En una reciente entrevista recordaba cómo, cuando empezó a rodar la serie, el director llamaba a todos los actores por su nombre menos a ella, a la que llamaba sencillamente la secretaria.