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La oposición polaca logra superar el monopolio comunista en el Parlamento

El monopolio político del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) se ha acabado definitivamente, al menos en el Parlamento. Ésta es la conclusión que puede deducirse de los resultados de las votaciones celebradas en los pasados tres días en la Cámara baja del Parlamento (Dieta). La coalición de los partidos comunista, campesino y democrático -que, con toda probabilidad, formará el nuevo Gobierno ante la negativa de la oposición de crear un Gobierno "de gran coalición"- será muy frágil y nada recordará los tiempos en que los aliados del POUP sólo servían de adorno para fingir el pluralismo político del sistema.

En la reciente sesión del Parlamento polaco, la oposición obtuvo importantes triunfos sobre el partido comunista, y a pesar de no haber podido impedir la elección del general Czeslaw Kiszcazk como nuevo primer ministro, sí impuso la creación de dos comisiones extraordinarias del Parlamento contra la voluntad de los diputados del POUP. Una de las comisiones evaluará el anterior Gabinete gubernamental y la otra investigará casi 100 casos de muertes en circunstancias no esclarecidas que la oposición atribuye a la policía secreta.

Desastre económico

Por 206 votos a favor, de los cuales más de 50 habían emitido diputados de la coalición liderada por los comunistas, la oposición, que cuenta sólo con 169 escaños en la Dieta, impuso la creación de una comisión extraordinaria que en los próximos meses estudiará la gestión del anterior Gobierno, al que se culpa de haber provocado un desastre económico. Los 169 votos en contra del surgimiento de dicha comisión correspondieron al partido comunista. Para el POUP, la creación de la comisión extraordinaria es humillante, dado que el jefe del Gobierno cuya labor se va a poner en tela de juicio es el actual primer secretario del partido comunista, Mieczyslaw Rakowski. Otra bofetada política para los comunistas fue el cisma de la tercera parte de los diputados del Partido Campesino que votaron contra la candidatura del general Kiszcazk.

En los pasillos del Parlamento se comentaba que la oposición de los campesinos contra Kiszcazk habría sido aún más fuerte si la víspera de la votación el presidente Wojciech Jaruzelski no hubiese amenazado con la disolución del Parlamento en el caso de que la candidatura de Kiszcazk no fuera aprobada y si algunos diputados de la oposición no hubiesen atacado de forma grosera al antiguo viceprimer ministro, miembro del Partido Campesino. Según algunos observadores, estos ataques impidieron, pero sólo de momento, la creación de una coalición del Partido Campesino con la oposición.

[Por otro lado, trabajadores de varias industrias comenzaron ayer huelgas en diversos puntos del país en demanda de mejoras salariales y de las condiciones de trabajo, informa Efe.]

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