Julio Iglesias

La semana pasada llegó a comer a Madrid, abrió boca cantando en Andorra y tomó tierra en el paraíso gallego de La Toja, donde descansa estos días en espera del inicio a tumba abierta de su gira hispánica del ver -no, bajo el nombre de Raíces.

Antes del concierto del viernes, en Benidorm, que marcará el inicio de la gira que le llevará por 14 ciudades y que finalizará en Madrid en septiembre, Julio Iglesias en su avión Pájaro Loco aterrizara mañana en Madrid, donde le esperan Plácido Domingo y Manuel Alejandro. Julio y Plácido grabarán a dúo una canción del disco del tenor compuesto por Manuel Alejandro. Es la música del himno de la celebración del V Centenario.

"Y después a cantar, a beber un vaso de tanto en tanto y a seguir recitando la vida, ¿me entiendes? Me encuentro como jamás, en todo, pregúntame lo que quieras", dice desde su refugio en La Toja. No se cansa de decir: "Llevo más de 20 años cantando y ahí tienes Raíces a modo de símbolo de un vértigo: en toda la historia de la discografía española es el disco más vendido en menos tiempo; 700.000 en 12 semanas".

En La Toja, como hace meses en Ibiza y en Sevilla ya se ha dicho y especulado que el cantante podría comprar el hotel de la isla, una casa de al lado, un pazo, tierras... "Lo único que compraría es el mar y sus secretos, que son los míos. Galicia no necesito comprarla, soy yo. Galicia es la vida de mis devaneos y esconde la entraña de la sustancia que empuja mi peregrinar por las autopistas del triunfo y del doloroso dolor a veces".

El remate de su estancia en España llegará en septiembre, cuando unos grandes almacenes madrileños le hagan entrega de un doble disco de platino como premio a las 200.000 unidades vendidas de su disco Raíces hasta ahora.