Paul Anka

Una furtiva lágrima, un sentido "God bless you all" ("Dios les bendiga a todos") y un poderoso soplido que apagó de una vez las 48 velas del pastel que le subieron al escenario puntearon la celebración del cumpleaños del cantante nortearnericario-canadiense Paul Anka, que coincidió con un recital de éste el domingo en el auditorio del castillo de Peralada (Gerona).Anka demostró que es lo que se dice todo un profesional y que además goza de las ventajas de ir acompañado por una excelente orquesta, disponer de arreglos actualizados y muy perfilados para sus canciones de siempre y, sobre todo, de poseer una magnífica voz, que en ocasiones recuerda a la de Frank Sinatra y otras, en cambio, impone su propia personalidad, siempre audible por encima de la orquesta y siempre dominando la canción. A lo largo de casi dos horas desgranó canciones antiguas y recientes, entre las que no faltaron los éxitos que le convirtieron en ídolo de toda una generación de finales de los años cincuenta. Rostros jóvenes y no tan jóvenes exhibían una placentera beatitud mientras Anka desgranaba temas como I`m just a lonely boy, You are my destiny o la celebérrima Diana, que se vio obligado a cantar tres veces ante las insistentes peticiones del público.El cantante mostró una forma fisica y una versatilidad envidiables, así como un gran dominio del escenario y un total conocimiento de las reacciones de los espectadores. Así, poco después de enternecer a los más maduros con la interpretación de The times qfyour life acompaflada de una filmación en la que se le veía con su esposa y sus cuatro hijas, Anka hizo levantarse de sus asientos a los másjóvenes con una poderosa versión de TwÍst and shout.Paul Anka pasó escasamente 48 horas en España, adonde llegó en su avión particular. El cantante, que se definió como . un escritor de canciones", aseguró que no piensa en retirarse, ya que, dijo, "me encuentro en una tercera etapa de mi carrera y me divierto más que nunca; así que continuaré mientras sea posible".