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Entrevista:

"El peligro le va a venir al PSOE por la izquierda"

El secretario general del PCE, Julio Anguita, rechaza la tesis inicial de sus homólogos italianos de buscar la unidad con los socialistas

Anabel Díez

Julio Anguita, secretario general del PCE, ha conseguido con el consenso de su partido y de Izquierda Unida (IU) que la ruptura entre los comunistas europeos no fuera total y, aunque ha formado el grupo Izquierda Unitaria Europea en Estrasburgo junto con el Partido Comunista Italiano (PCI), ha dejado las puertas abiertas para colaborar con el grupo Comunistas y Afines, formado sobre todo por franceses y portugueses. El líder del PCE afirma en esta entrevista que tal vez se le tilde de "fundamentalista y mesiánico" porque cree en los principios, a la par que considera que buscar la unidad con los socialistas no tiene sentido en España, ya que sería volver "a una madre envejecida".

El PCE está satisfecho de que sus correligionarios italianos hayan renunciado de momento a su objetivo de llegar a la unidad orgánica con los socialistas, y cree que desde sus posiciones en Europa, abiertas no sólo a socialistas, sino a la izquierda en general, puede agudizar las contradicciones de la socialdemocracia. "Debe producirse una síntesis revolucionaria entre comunistas y socialistas, la catarsis o purificación de los dos, pero de irnos a sus filas nada, porque eso sería volver a una madre envejecida". Anguita recuerda en declaraciones a EL PAÍS que los comunistas están pasando su purgatorio, pero no ve a la socialdemocracia en igual actitud, por lo que empujará en lo posible para que se siente "en el banquillo de los acusados". Aun así, el objetivo último es conseguir la recomposición de la unidad de la izquierda, "rota en la primera, segunda y tercera Internacional".Pregunta. Aunque la votación final en el PCE sobre la formación de grupo en Estrasburgo con el PCI y la separación, por tanto, de franceses y portugueses fue casi unánime -un voto en contra y una abstención-, parece que hubo un intenso debate en el seno de su partido entre los que apostaban por seguir a los italianos y los partidarios de continuar con la ortodoxia comunista. ¿Por qué se llegó a esta decisión?

Respuesta. Hubo un gran debate en el que yo también tuve mis dudas hasta que lo vi claro, y creo que ha sido un éxito. El problema era hacia dónde íbamos y qué rompíamos, pero la verdad es que vamos a formar un grupo en el que se van a dar muchas contradicciones, de las que saldrá algo positivo.

La unidad de la izquierda

P. ¿Las contradicciones vendrán por el deseo del PCI de acercarse a los socialdemócratas y socialistas?R. Sí, por ahí vendrán. Nosotros, por nuestra parte, vamos a seguir la política del PSOE en España, y denunciaremos sus contradicciones en relación con la política que predican en Europa. En el otro grupo -Comunistas y Afines- seguro que se darán menos contradicciones, pero estar con ellos sería situarnos en la trinchera, y alguien tenía que arriesgarse.

P. A excepción del PCI, ¿no es cierto que el debate sobre el futuro de la izquierda lo están llevando los socialistas, y en España concretamente el PSOE, con sus múltiples estudios sobre el futuro del socialismo?

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R. Lo único cierto hasta ahora es que son los partidos comunistas los que están entrando en la catharsis, en la purificación, mientras que la socialdemocracia no revisa nada. Los acontecimientos que están ocurriendo en los sistemas comunistas son muy positivos, a excepción de China.

Por el contrario, ¿qué cambios ha producido la socialdemocracia? Ninguno. Se ha limitado a ser la gestora del capitalismo. Como comunista, digo que los demás no han entrado en la catharsis, y a la socialdemocracia, por tanto, le hace falta sentarse en el banquillo de los acusados.

P. La socialdemocracia y los socialistas, por el contrario, dicen que son ustedes los que tienen que cambiar y unirse a ellos. ¿No cree que ése será el final?

R. Insisto en que los comunistas sí están haciendo revisión, y no hay inconveniente en sentarse con los socialdemócratas para hablar del saldo negativo que tienen los sistemas comunistas en cuanto a libertades y derechos humanos. ¿Pero es que no entran en los derechos humanos el paro, la vivienda, la marginación? Sí, claro que debe producirse una síntesis revolucionaria entre los dos, pero la purificación también debe ser de los dos, nada de ir simplemente a sus filas. Eso sería volver a una madre envejecida.

P. ¿No comparte entonces la tesis mayoritaria, a la vista de los últimos acontecimientos internacionales, de que los partidos comunistas van perdiendo su razón de ser?

R. El comunismo, como movimiento real, es una cosa y los partidos comunistas, otra. Los sistemas del Este han sido superados y están en fase de contradicción, que no debe asustar a nadie.

Ahora bien, el comunismo es más necesario que nunca, y precisamente los partidos comunistas están buscando salidas. ¿Pero qué hace la socialdemocracia, qué respuestas da a sus fracasos, cuando son culpables de tantas cosas?

P. ¿Reconoce usted al menos que los socialistas españoles están inmersos en un debate sobre las respuestas que necesita la sociedad del ftituro desde una perspectiva que dice ser de izquierda?

R. Tanto en España o Italia como en Portugal, los socialistas saben que tienen una parte débil, y por eso, en el caso del Gobierno español, su obsesión es atacar por la izquierda, porque saben que hay un hueco.

El PSOE sabe que el peligro le vendrá por la izquierda, porque son conscientes de que carecen de principios una vez que los han cambiado por algo que llaman posibilismo.

Los votantes del PSOE

P. Aunque usted diga que el PSOE tiene una actuación de un partido conservador, ¿por qué cree que en las últimas elecciones ha tenido respaldo de las capas populares y han sido abandonados por las capas urbanas de cierto nivel económico?R. Yo no digo que el PSOE sea de derechas, sino que los valores que informan la política económica del PSOE son de derecha. Creo que en estas elecciones los sectores más dinámicos no han votado a nadie, pero hay que reconocer que el PSOE conserva un apoyo importante, una roca sólida. Nosotros tenemos que recibir la fuerza de los que han sido votantes del PSOE, no sólo clases populares, sino clases medias.

Cuando la gente apostó por Felipe González hizo una entrega generosa de amor, pero tendrá que llegar el desamor. Pero yo sé que no es fácil para el elector, porque la irracionalidad forma parte y envuelve la política.

P. Usted habla de las características del liderazgo de Felipe González en tono que parece peyorativo, y lo cierto es que usted, por su estilo, ha llevado a sus adversarios políticos a que le tilden de mesiánico, iluminado o que le llamen Jomeinín.

R. Yo no puedo trabajar si no me creo lo que estoy haciendo. Necesito fundamento y principios, y sigo creyendo en el ideal comunista. Quizá me llamen fundamentalista y mesiánico porque creo en los principios, pero soy muy práctico y estoy pegado a la realidad. La obra realizada en este año y medio en el PCE no es de alguien que esté en las nubes. Los tonos pueden parecer visionarios o proféticos, pero responden a lo que pienso después de trabajar con un equipo al que rindo homenaje. Una persona a lo Jomeini no hubiera creado ese equipo.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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