Banesto debe vender 76.000 millones de su cartera si no consigue exenciones fiscales
Banesto deberá vender un total de 76.000 millones de pesetas de su cartera de valores hasta el próximo mes de octubre si no se aprueba el proyecto de Corporación Industrial y Financiera que la pasada semana fue presentado al Ministerio de Economía y Hacienda. Según Arturo Romaní, consejero ejecutivo del área industrial del banco, la ley del Mercado de Valores, que entra en vigor en su totalidad el próximo día 29, impide que Banesto siga con la actual estructura accionarial de su grupo industrial.
Banesto presentó hace poco más de una semana ante el Ministerio de Economía y Hacienda el expediente para la creación de su Corporación Industrial y Financiera para la que se solicitan unas bonificaciones fiscales de unos 60.000 millones de pesetas. La operación consiste en escindir del balance del banco las participaciones industriales y la cartera de valores de los bancos filiales y agruparlas en Cartisa. Sin estas bonificaciones fiscales el banco considera que no tendría sentido crear la Corporación, porque resultaría gravosa para la entidad en unos 25.000 millones de pesetas.La enajenación sería necesaria para ajustarse a lo que establece la nueva legislación sobre tenencia de participaciones industriales en sociedades de inversión mobiliaria. Si finalmente no se crea la Corporación el banco debería vender 76.000 millones en octubre y 25.000 más en el próximo enero, según los datos ofrecidos por Romaní. El consejero añade que este argumento "es contundente" y que por ello nadie duda en Banesto de que se concederán las bonificaciones fiscales pedidas para las que "se cumplen todos lo requisitos exigidos por la ley".
La nueva Ley del Mercado de Valores impide las participaciones cruzadas y la concentración de la inversión industrial, lo que significa que las sociedades de inversión mobiliarias de Banesto, las isas, no hubiesen podido ser por más tiempo instrumentos de control del grupo industrial del banco. La solución adoptada, dice Romaní, implica la renuncia al estatuto de sociedad mobiliaria de las isas, la fusión en Cartisa del resto de isas y la escisión-aportación de las carteras de Banesto, Banco de Vitoria y de Bandesco a Cartisa.
En Banesto se piensa, además, que las plusvalías que se obtendría con la creación de la Corporación ayudarán a conseguir un incremento significativo de los recursos propios que situarían más allá del 8% el coeficiente de garantía y permitirían, por tanto, una mayor crecimiento de la entidad.
Tres objetivos
La idea de la Corporación "que es anterior a la de la fusión con el Banco Central y no al revés", dice Romaní, permite conseguir tres objetivos básicos, según Banesto: mantener el control de¡ grupo industrial, obtener plusvalías y generar la máxima capacidad de expansión por recursos propios. La participación inicial del banco en la Corporación será del 77%, aunque Banesto se reserva la posibilidad de deshacerse de un 27% y quedarse con el 51% para seguir controlándola.
Según un estudio de Research Associates para Banesto, la operación le permite una mejora en el grado de apalancamiento financiero lo que le concede una capacidad crecimiento de entre 1,5 y 1,75 billones de pesetas, sin necesidad inmediata de acudir a los mercados de acciones y deuda subordinada. La operación genera una liberación de recursos de 136.000 millones de pesetas que añaden al balance una capacidad de expansión hasta el 1,75 billones. La capacidad de crecimiento de Banesto una vez que se consiga formar la Corporación es mayor que la que hubiese tenido el Banco Español Central de Crédito (BECC) resultante de la frustrada fusión entre Banesto y Central. Para los accionistas de las isas que pasarán a ser accionistas de Cartisa el banco ha pedido neutralidad fiscal a la hora del canje de acciones.
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