China encuentra dificultades para recuperar la inversión extranjera

Cientos de hombres de negocios que abandonaron Pekín horrorizados por los disparos de los tanques han vuelto a la capital china, pero, aunque han sido recibidos con los brazos abiertos, la cautela se ha adueñado de quienes llegaron a este país, de 1.150 millones de habitantes, movidos por la imagen de un gran mercado estable.

"China explotaba esa imagen e imponía unas condiciones de negociación muy favorables para sí. Ese período ha pasado, ahora tendrá que hacer unas concesiones que nunca se había planteado con anterioridad si quiere seguir atrayendo inversores", afirma un consejero comercial occidental. El diplomático asegura que a la inestabilidad política y social de China se suma el mal estado de su economía y la incertidumbre sobre cuál será la política a adoptar a corto y medio plazo. Según el departamento de Estadística del Estado, la inflación urbana durante el mes de mayo ha descendido ligeramente a un 25,2%, mientras que la media de los cinco primeros meses del año se sitúa en un 28,5%."A partir de ahora, los mayores riesgos que sufra el partido no serán las manifestaciones a favor de la democracia, sino el descontento por la subida de los precios, la escasez de la oferta y la imposibilidad de pagar los salarios a obreros y campesinos", indica un experto japonés.

Para controlar la inflación, China estaba tratando de enfriar su economía que el año pasado creció un 17,5%. Según el Centro de Ciencias y Tecnología para el Desarrollo, ya se han hecho importantes logros en este terreno y se espera que el crecimiento en-, tre enero y septiembre alcance una media del 10,6%. Sin embargo, los expertos extranjeros se muestran escépticos al respecto.

Mercado interior

Otra de las medidas que está adoptando Pekín en su lucha contra la inflación es dedicar a su mercado interno parte de los productos dedicados con anterioridad a la exportación, al tiempo que amplía las importaciones para acallar la demanda. Pero esto ha provocado un salto en el déficit comercial que ha pasado de 400 millones de dólares (48.000 millones de pesetas) en los cinco primeros meses de 1988 a 4.640 millones de dólares en el mismo período de este año.

Los analistas occidentales concluyen que el panorama se presenta "especialmente sombrío", ya que ahora hay que contar con un fuerte descenso en el ingreso de divisas: todos los operadóres turísticos han suspendido sus viajes a China, además de una una pérdida en la producción. Según el alcalde de Pekín, sólo en la capital se han perdido 1.000 millones de yuanes por los disturbios.

El nuevo secretario general del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin, ha insistido en que nada ha cambiado con respecto a la política de apertura al exterior, pero los inversores extranjeros se sienten inseguros. "Los que están, continuarán, de los por venir serán pocos los que lo harán", señala un diplomático. Éste resta importancia a las sanciones impuestas a Pekín por la CE y EE UU, pero considera que serán los medianos empresarios quienes se ausentarán.