Pedro Delgado parte como primer favorito del Tour

ENVIADO ESPECIALPedro Delgado comienza hoy la 76ª edición del Tour de Francia como primer favorito. Sus principales opositores son corredores de su misma generación, la hornada que sucedió a Hinault y que ha ido repartiéndose los triunfos en la prueba más importante del mundo. No hay un jefe indiscutible en el ciclismo actual, hecho por otra parte beneficioso, y Delgado tiene la oportunidad de hacer más historia que alguno de sus compatriotas. El Tour, sin jefes absolutos, con aspirantes cuya edad se acerca a los 30 años, y con pocos españoles, se inicia con un prólogo en Luxemburgo.

El Tour de Francia comienza con Delgado situado como gran favorito. La prensa especializada destaca su frialdad en carrera, su innata capacidad como escalador y, sobre todo, su evidente mejora de rendimiento en las pruebas contra el reloj. Laurent Fignon es el aspirante francés y su opción viene reforzada por su triunfo en el Giro. Es curioso, sintomático a la vez, que ambos hayan ganado las dos principales pruebas por etapas fuera del Tour. Pero más curioso aún es cómo la prensa francesa especula con los puntos débiles de cada uno de los dos. Delgado, según el diario oficial de la carrera, L'Equipe, "tiene alguna laguna grave", y "existe cierto misterio sobre su estado de forma actual"; de Fignon apunta una capacidad incierta en las contrarrelojes -perdió excesivo tiempo en este tipo de pruebas en el Giro- e inferior poder de aceleración en las montañas que los escaladores.Tanto Fignon como Delgado empezaron sus actuaciones en el Tour en 1983, pero sus biografías puede decirse que son divergentes. Por aquel entonces llegaron a convertirse en serios candidatos al triunfo, en dos corredores extraordinariamente jóvenes y que dejaban sorprendidos a los grandes santones del ciclismo: Fignon era líder mientras Delgado se encaramaba a la segunda plaza a poco más de un minuto de diferencia. Estaban en la última semana del Tour y la prensa apostó por Delgado al ser considerado mejor escalador. Sin embargo, ganó Fignon sin apuros para convertirse en uno de los triunfadores más jóvenes de un Tour. Fignon tenía entonces 22 años. Ganó su segundo Tour con 23. Ahora tiene 28 y parece empezar una segunda juventud.

Un poco más joven que ambos es Charles Mottet. No es de la clase del 83, sino del 85. Su preparación para el Tour, en esta temporada, puede calificarse de exclusiva: es el único de los grandes favoritos que no ha corrido una gran vuelta, que ha procurado sufrir el mínimo desgaste, a pesar de lo cual ha ganado la Dauphine Liberé y los Cuatro Días de Dunkerque. Se ha convertido, también, en el primer corredor que rompe la hegemonía del irlandés Sean Kelly en la clasificación por puntos de la Federación Internacional. Kelly, que ya comienza su decadencia, reinó en esa clasificación -que suma las posiciones y victorias conseguidas en todas las pruebas por cada corredor según un complicado baremo- durante cinco años. Mottet es el nuevo rey con 857,45 puntos -Delgado es cuarto con 679,32 tras Kelly (777,17) y Fignon (728,59)-.

De la clase del 83 son otros favoritos como Roche, Millar y Rooks. Sólo Breukink (24 años), Hampsten (26) se consideran como una alternativa más joven.

La mención al ciclismo español acaba en Delgado. O quizás en Induráin, un corredor muy respetado en Francia actualmente y a quien L'Equipe señalaba, no sin cierta maldad, como único punto flaco el tener que ser gregario de Delgado. Pero esa falta de mención a los españoles no significa que hayan visto bajar su crédito; en lo que sí han bajado ha sido en número, puesto que participan 19 este año cuando el pasado era casi 40. Y de los cuatro equipos españoles puede decirse que el Kelme trabaja para Parra y el Paternina -antes Caja Rural- se ha convertido en una especie de sucursal del ciclismo holandés, dispuestos a trabajar para cotejar las posibilidades del velocista Hermanns con sus colegas Van Poppel (Panasonic), Kelly (PDM), De Wilde (Histor) o Kappes (Toshiba). Queda, finalmente, la incógnita del BH.

Porque el BH tiene, indudablemente, un equipo potente, pero proclive a las disensiones internas debido a una definición mal resuelta sobre quién es el jefe de filas. Y lo malo es que jefes se sienten cuatro, Pino, Cubino, Fuerte y últimamente Echave. Su director, Javier Mínguez, es consciente del problema que ahora se le complica algo más por lo que, en otras circunstancias, sería una buena noticia: "Es el primer Tour desde hace cuatro años en que mi equipo viene al completo y en forma. Nunca me había pasado esto".