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La academia del amor

Treinta noviazgos han surgido en la Guardia Civil desde el ingreso de las mujeres en el cuerpo

Unos 30 noviazgos consistentes han surgido, durante los nueve meses que ha durado el período de instrucción, en la academia de Baeza (Jaén), de las primeras 198 mujeres guardias civiles que tiene el Instituto armado desde que fuera creado, hace siglo y medio, por el duque de Ahumada. "No sé cuántas parejas van a cuajar al final; con que cuaje una, el hijo que tengan sin duda, va a ser genuino del cuerpo". Así se expresaba el pasado jueves un alto mando de la academia, que no quiso identificarse. "De nombre, nada, ¿eh?, que me arrestan".

"Tú, ven", llama el mando a una simpática guardia gallega (con rimel en los ojos, ropa de faena y los labios ligeramente pintados) que deambula por la academia. La guardia se cuadra. "A sus órdenes, mi.." , saluda un poco nerviosa. "Ésta", explica el mando a EL PAIS, "está novia con un policía andorrano que ha hecho un cursillo aquí en la academia, ¿verdad?".La chica sonríe, recupera la tranquilidad y asiente. "Es inevitable", continuó, "que se formen parejas; pero me consta que han respetado el traje y la corrección aquí y en la calle. Tampoco creo que hayan ido a ningún descampado, aunque nosotros no podemos estar tras ellas continuamente", añade el mando.

El día 1 de septiembre de 1988 ingresaron en la academia de Baeza 200 mujeres que aspiraban a ser guardias civiles. Todas, salvo una (cuya calificación está muy próxima al aprobado y va a tener opción de realizar un control de recuperación), han superado los exámenes, y se incorporarán a nuevo destino el día 1 de julio, con la categoría de guardia civil eventual.

Maridos

Las recién graduadas tendrán un sueldo mensual que ronda las 100.000 pesetas, según Esther Fernández Iñigo, jefa del gabinete de prensa de la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC), y al menos durante sus primeros doce meses de servicio no serán destinadas a ninguna de las comandancias de las tres provincias vascas ni a Navarra.Dos de las 200 guardias causaron baja voluntaria meses después de iniciada la instrucción. "A una vino el marido y se la llevó", comenta Esther Fernández; "la otra sacrificó su carrera en favor del bienestar familiar, ya que su marido aprobó una oposición".

Fuentes de la academia de Baeza subrayan que en la cúpula de la Guardia Civil ha sorprendido la entereza con que las jóvenes guardias han desarrollado todos los ejercicios de la instrucción, "en igualdad de condiciones que los chicos".

Estas fuentes recuerdan que las guardias soportaron con encomiable resignación un fallo administrativo ocurrido cuando ingresaron en la academia. "Trajeron camisetas de tirantes para hacer ejercicio físico, las que suelen usar los hombres, sin reparar que ellas no podían ponérselas, pues se les hubiera visto todo. Tuvieron que sustituir las camisetas por el jersey del chándal, y, iuf con el calor que hizo aquí en septiembre, anda que no gastaron agua duchándose", explicaron sonrientes.

El pasado jueves, víspera de la entrega de despachos, se vivía un especial ajetreo en la academia de Baeza. La plana mayor de mando de la Guardia Civil comenzaba a llegar al recinto para participar en la entrega de despachos, y tanto las guardias como los guardias estaban algo soliviantados. Era el momento de poner en práctica la disciplina y saludos aprendidos durante la instrucción.

Elegir destino

De pronto, se formó un espectacular revuelo en el retén de guardia, integrado también por chicas. "¡Que llega un general, que llega un general", gritaba una guardia que corría a toda prisa, junto con otros compañe ros y compañeras, para coger el arma y rendir honores al visi tante."Niña, niña, el mejor destino es un pueblo pequeño; tú olvídate de capitales", decía el jueves un padre, con acento gallego y de edad avanzada, a su hija, ya guardia civil profesional. "Que no, que yo prefiero una ciudad grande; quiero trabajar en un sitio que tenga actividad", le respondió la hija.

Las guardias civiles han podido elegir destino en función de las calificaciones académicas obtenidas. La hija del teniente coronel Juan Ruiz Castro, jefe de seguridad de las academias de Ubeda y Baeza (ambas están unificadas bajo un mismo mando), negaba el pasado jueves, mientras hacía una guardia, haber estado enchufada: "No he estado enchufada; si lo hubiera estado no estaría ahora aquí, último día de academia", se lamentaba.

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