Michel: "Me mantengo en lo que dije, me quiero ir del Madrid"
El jugador, resignado a continuar porque el club no quiere traspasarle
"Mi retirada del campo ante el Español la tenía meditada desde una semana antes", manifestó Michel en la cadena SER. Durante una entrevista emitida en el espacio La cátedra de Jorge Valdano, y que en algunas fases fue una conversación íntima entre dos ex compañeros, Michel se mostró resignado a continuar en el Madrid, pero sólo por la negativa del club en traspasarle: "Me mantengo en lo que dije. Me quiero ir", señaló.
Michel afirmó que cuando el día del Cádiz sufrió algunos pitos en el Bernabéu, se propuso esperar al día del Español para dejar el campo si se repetía esta actitud de parte del público: "Contra el Cádiz ya era un día de medio fiesta. Éramos campeones de liga y se presentaba como un partido para que el público se divirtiera, y a pesar de eso, recibí pitos. No entiendo que la gente no vaya al fútbol a divertirse, sino a protestar. Yo, cuando voy al fútbol, voy a divertirme. El día del Español ya no aguanté más y me marché. Entiendo que está mal hecho, pero estaba muy decepcionado. Era un día de fiesta y ni ese día me perdonaban. Es como si tu padre te regaña todos los días, y el día de tu boda, también"."No es normal que cuando se gana los méritos se los repartan dos, y que cuando se pierden paguemos las consecuencias tres o cuatro afirmó Michel, que señaló a Gallego y a Martín Vázquez como otros jugadores maltratados generalmente por la afición. "Tengo 26 años y la oportunidad de ir a otro sitio. Y si ahora, en la cima de mi carrera, el público del Bernabéu me ataca, pienso que cuando pasen unos años el problema puede ir a más. Entonces prefiero ir a otro sitio, que no será mi casa, y en el que por eso mismo los pitos me van a doler menos".
"Me preocupa el público"
Michel explicó a Valdano que el problema nace precisamente del cariño que siente por el Madrid: "Por eso me duelen los pitos, que en cualquier otro equipo no me dolerían tanto. La gente no entiende que no soy un mercenario que no somos unos mercenarios. Soy profesional, pero cuando salto al campo siento como un madridista, y me duele que me persigan así". Y señala que el problema lo siente desde sus inicios: "Mi guerra se extiende por un período largo. Nace en los dos primeros años. Siempre tuve algún sector en contra. Luego, la respuesta de la afición conmigo ha sido inversamente proporcional a mis éxitos. Según he ido participando en títulos y ganando prestigio, han sido más los que me han pitado, y eso termina por doler mucho".A la pregunta de si no tendía a dar excesiva importancia a las cosas, hasta el punto de haber merecido el apodo de Agonías, contestó: "No mucho más que otros. Al principio me preocupaba mucho lo que decía la prensa de mí. Luego me he convencido de que la prensa no me va a hacer jugar en este equipo. Pero el público sí me preocupa, por mi carácter. El público del Madrid dice que hay que querer la camiseta, y resulta que los que más la queremos, los que hemos salido de la cantera, nos sentimos peor tratados que otros. Injusticias así ha habido antes. Yo me he sentido muy mal al escuchar que el público le dirigía broncas a Juanito, que es un madridista acérrimo. Luego resulta que se va al Málaga, y cuando vuelve al Bernabéu, le aplauden. Me pregunto por qué no le aplaudieron antes, cuando estaba aquí. Porque le hicieron pasar malos ratos".
El jugador, que insistió en que su deseo sigue siendo marcharse y que si se queda es porque el club le impone el cumplimiento de su contrato, no cree que su situación se agrave: "Los que me pitaban me van a pitar más fuerte, pero muchos indiferentes pueden aplaudirme desde ahora".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.