Un perito dice que el arma del 'caso Alcalá' tenía un seguro que habría evitado el tiro

A. M, Un perito en balística informó ayer, en el transcurso del juicio seguido contra el agente Adolfo Palenciano por la muerte de un joven que intentaba huir esposado en Alcalá de Henares, que el arma homicida cuenta con un seguro que, de haber estado puesto, habría impedido que la pistola se disparara aunque hubiera chocado con algo. Otro agente, que fue quien quitó las esposas al cadáver, reconoció que se equivocó en su primera declaración, cuando dijo que el joven se había liberado de los grilletes.

El agente del Cuerpo Nacional de Policía declaró en la sesión del pasado miércoles que el disparo fue fortuito, cuando él y el joven Felipe Domínguez Becerra, de 26 años, chocaron. Los relatos de los testigos presenciales de los hechos, ocurridos el 16 de junio de 1987, coinciden en señalar que el policía mató de un disparo en la sien al Felipe Domínguez Becerra, cuando éste pretendía huir tras haber sido detenido y esposado.El policía de la comisaría de Alcalá de Henares, Máximo Moreno Nieto, compañero de Adolfo Palenciano, reconoció ayer en el juicio que se sigue en la Sala Cuarta de la Audiencia Provincial que él fue quien quitó las esposas al fallecido. El abogado de la acusación, Fernando Salas, preguntó reiteradamente al agente los motivos que le llevaron a declarar ante el juez instructor, al día siguiente a la muerte, que el joven llevaba sólo un grillete.

Salas manifestó posteriormente, en un descanso del juicio, que sus preguntas iban encaminadas a demostrar que los compañeros del agente procesado intentaron disimular los hechos ocurridos para favorecer a aquél. Durante el juicio, Salas insistió también en aclarar si el joven había muerto cuando le subieron a un coche patrulla y le trasladaron. El posterior informe de los médicos forenses afirmó que la herida era mortal y había causado la muerte de forma inmediata. "Esta es otra cuestión a considerar. Si el joven ya estaba muerto, tenían que haber dejado el cuerpo donde cayó. Lo contrario es sustraer elementos de juicio al juez instructor", afirmó Salas.

La vista fue suspendida ayer porque un segundo agente citado como testigo, José Luis Serrano, no compareció por encontrarse enfermo.

El juicio se centró ayer en los informes de los médicos forenses y de los técnicos de balística. Éstos informaron que el arma, una pistola semiautomática Star PK 28, tiene un dispositivo por el que, una vez efectuado el primer disparo, los siguientes surgen con facilidad. El perito informó que la pistola cuenta con un seguro manual que, de haber sido puesto por el agente, habría impedido el disparo fortuito, aunque la mano que portaba el arma hubiera chocado con algo.

El acusador dirigió sus intervenciones a demostrar que el procesado es responsable de haber perseguido a un joven, esposado con las manos a la espalda y enfermo, pistola en mano, sobre todo cuando sabía que dicha pistola podría dispararse fácilmente y no había ninguna duda de que no huiría.

Disparos al aire

El defensor, Juan Carlos Fernández, manifestó, en otro descanso del juicio, que Palenciano sólo efectuó dos disparos al aire, perfectamente controlados y con fines intimidatorios. El tercero, que causó la muerte del joven, "no tuvo ningún carácter voluntario". Según reconocen los testigos, el agente siguió dándole el alto, pero sin volver a hacer uso de su arma. No hay que olvidar que la persecución se produjo porque hay un intento de fuga, y en esa situación siempre hay peligro potencial".

Juan Carlos Fernández informó que su defendido ha estado estos dos años en libertad, aspecto que fue duramente criticado por Fernando Salas. Este periódico pudo saber que presta actualmente servcio en la comisaría de Latina.