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GENTE

Javier Gurruchaga

Una sonrisa, por favor

, Javier Gurruchaga, cantante, compositor y showman televisivo, tiene ganas de recuperar el humor y la ternura y por ello el último elepé de la Orquesta Mondragón, la banda rockera que él lidera, lleva el título de Una sonrisa, por favor, canción que va dedicada a Charlie Chaplin. El disco fue presentado ayer por la noche en una librería en Madrid.

"Una sonrisa, por favor, es el título de una de las canciones del elepé, que destacamos en la portada del disco. Me parece que es un buen momento para intentar recuperar el humor, la ternura y, en definitiva, las ganas de vivir", dice Javier Gurruchaga, "y no tanto porque antes estuviéramos al borde de la desesperación, sino porque tras la tristeza llega la alegría, igual que al invierno le sucede la primavera".

Un disco en el que el toque Mondragón vuelve a brillar con su eclecticismo habitual: desde una especie de calipso al rockabilly más ortodoxo, sin olvidarse del rock clásico, las baladas y el blues. Músicos sólidos, potentes, con el añadido de Ray Gómez en buena parte de los solos de guitarra. Es tiempo de promoción, de preparación de la larga gira veraniega: del autobús al hotel, del hotel al local del local al autobús, como en una larga, intensa y agotadora campaña electoral que se repite anualmente. El éxito del disco -si se produce- ayudará a la gira, y viceversa. Además de las listas de ventas, uno de los baremos clave para saber si un elepé triunfa es que los niños canten una de sus canciones, o que en las terrazas de Benidorm la interpreten las docenas de orquestinas que amenizan las meriendas. Son referencias sociológicas de enorme validez.

"El disco, al menos es lo que pienso", añade Gurruchaga, "tiene muchas alusiones a un mundo que nos es próximo, un mundo lleno de referencias cinematográficas, literarias o vitales. La canción de Una sonrisa, por favor, es un homenaje a Charlie Chaplin y a su concepto de la vida, en la que todo podía estar muy complicado, sin renunciar por ello a la sonrisa. Lolitas, historias de infidelidades, taxistas con ganas de arrasar, ejecutivos con doble vida, toda la fauna urbana de cualquier gran ciudad". Javier Gurruchaga, un soltero de 31 años, que vive en Madrid en una casa muy grande y reconoce tener todas las neuras, showman televisivo mal que le pese a Luis Solana, cantante, compositor, amante de los libros antiguos y raros, fan del cine mudo, dominador de los escenarios y las carreteras, presentó ayer su último trabajo discográfico dedicado a su amigo Eduardo Haro Ibars, su mejor letrista y uno de los mejores conocedores del tiempo y del mundo que le tocó vivir.

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