Condena de 10 años de prisión para los familiares que retuvieron a una anciana

, La Audiencia de San Sebastián ha condenado a 10 años y un día de prisión a cada una de las tres personas que mantuvieron retenida, contra su voluntad, en una residencia de San Sebastián a la anciana de 85 años María Gómez Jáuregui.

En el fallo, dado a conocer ayer, el tribunal admite que la pena impuesta, la mínima establecida para un delito de detención ¡legal, resulta en este caso "notablemente excesiva" y solicita al Gobierno un indulto parcial para que el castigo quede reducido a un año de prisión.La sentencia establece que los condenados, un cuñado y un sobrino de la víctima y la propietaria de la residencia de ancianos, mantuvieron a María Gómez durante 70 días, prácticamente aislada del mundo exterior, sin hacer caso de sus reiteradas peticiones para que le permitieran regresar a su casa de Barcelona.

El tribunal considera, asimismo, que la anciana tenía plena capacidad para valerse por sí misma y declara que tampoco la concurrencia de cualquier deterioro fisico o mental, "extremo en el que las defensas han insistido sin apoyatura probatoria alguna", justificaría la adopción de una medida tan grave como el aislamiento de María Gómez.

La anciana abandonó en febrero de 1986 la residencia para para personas seniles en la que fué internada por sus familiares, tras la intervención del abogado, José María Abad, con el que contactó de forma más bien rocambolesca, y después de haber intentado la fuga en varias ocasiones.

Herederos

De acuerdo con el relato de los hechos que el tribunal considera probados, María Góniez fué trasladada por sus familiares a San Sebastián en un momento en el que se encontraba muy decaída fisica y mentalmente a causa de un golpe recibido aCcidentalmente en su domicilio de Barcelona.

Su cuñado extrajo con su autorización ciertas cantidades de dinero, unas 340.000 pesetas de sus libretas de ahorro para hacer frente al traslado y otros gastos. Ya en San Sebastián, la;anciana revocó un testamento anterior en el que donaba un millón (le pesetas a unos vecinos suyos de Barcelona, estableciendo como únicos herederos a 4 de sus familiares, entre ellos a los condenados.

El 17 de diciembre flue' ingresada en la residencia "Gure Etxea", (Nuestra casa) en un estado de "gran postración" del que se recuperó rápidamente, sin que su evidente mejoría llevara a sus familiares a plantearse su salida del centro.

La audiencia donosfiarra declara en el fallo que la libertad de la persona constituye "el más hondo sustrato de su dignidad y es la base imprescindible para el ejercicio de cualquier otro derecho de la inisma".

Medios judiciales señalaron ayer que la sentencia incide directamente en la inexistencia práctica de controles judiciales efectivos en todo lo que se refiere al internamiento de ancianos por senilidad mental o desequilibrio psíquico.

Según estas medios, los malos tratos a los niños y los abusos a los ancianos consituyen dos puntos débiles en la efectiva protección jurídica de las personas.