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Arantxa Sánchez, la primera semifinalista española en Roland Garros desde la época de Lilí Álvarez

Alex Martínez Roig

Arantxa Sánchez Vicario (T- cabeza de serie), de 17 años, se convirtió ayer en la primera tenista española desde Lilí Álvarez -que lo logró en 1930, 1931, 1936 y 1937, sin pasar a la final- clasificada para las semifinales del torneo parisiense de Roland Garros. Arantxa venció a la checoslovaca Jana Novotna (11ª) por 6-2 y 6-2. Conchita Martínez (8ª), también de 17 años, perdió ante la alemana occidental Steffl Graf (1ª), de 19, por 0-6 y 4-6. Arantxa se enfrentará hoy a la estadounidense Mary Jo Fernández (15ª), hija de un asturiano y una cubana, que ganó a la canadiense Helen Kelesi por 6-2 y 7-5. Graf jugará con la yugoslava Mónica Seles,de 15, que batió a la búlgara Manuela Maleeva (6ª) por 6-3 y 7-5.

El tenis femenino español alcanzó ayer uno de sus momentos cumbres. No sólo por la victoria de Arantxa Sánchez, histórica, sino también por la presencia en otro partido de los cuartos de final de Conchita Martínez. Arantxa consiguió el éxito de la victoria, pero Conchita demostró ante Steffi Graf que está en el buen camino para asentarse entre las 10 primeras del mundo. No es dificil predecir que, en España, el tenis femenino va a salir de las catacumbas.El triunfo de Aranxta fue mucho menos complicado de lo esperado. La menor de los Sánchez Vicario tiene una inmensa voluntad y un afán de lucha que le sirven para agarrarse a la pista en todos los puntos. Su tenis no es, ni mucho menos, bonito. Pero se desplaza con gran rapidez y no se rinde jamás.

Ante Jana Novotna, Arantxa, como siempre, arrancó a toda velocidad. Se colocó con una ventaja de 3-1 y 40-30 cuando el partido fue interrumpido, a causa de la lluvia, por primera vez. Las condiciones de juego eran lamentables, con mucho viento, llovizna continua, frío en el ambiente y ape nas un par de decenas de espectadores. Pero, si eso podía per judicar a Novotna, más estilista, no le importaba a Arantxa. De lo que se trataba era de aprovechar cada oportunidad y ella es una experta en eso.

La reanudación no varió el partido. Arantxa, entrañable en su pequeñez, se adjudicó el primer set y volvió a escaparse en el segundo. Novotna trataba de soltar su brazo con bolas lar gas, pero Arantxa, corriendo de un lado a otro, llegaba a todas partes. La española se colocó con ventaja de 5-2 y, nerviosa en sus movimientos, acelerada en su juego, subió incluso a la red -algo insólito en ella- para tratar de romper el servicio de su rival en el juego definitivo. Lo consiguió y su grito de alegría resonó con furia. Había llegado a las semifinales tras ganar a una jugadora que la había derrotado en sus tres partidos anteriores.

Emocionada, con el objetivo conseguido, Arantxa empezó a lanzar desafíos: "Estoy contentísima. Sabía que no podía perder esta ocasión. Tengo muchas posibilidades de jugar la final y me da absolutamente igual quién sea mi adversaria en las semifinales. Y, si me enfrento a Graf, ¿por qué no puedo ganar? Si Chang ha derrotado a Lendl, yo puedo batir a Graf".

La otra cara

Un encuentro muy distinto fue el de Conchita y Graf. La española jugó un primer set nefasto en el que salieron a relucir todos sus nervios. Se hallaba por primera vez ante demasiados retos: la pista central de Roland Garros, los cuartos de final de un torneo del Grand Slam y su primer enfrentamiento con la número 1 del mundo. Por un instante, sobrevoló París el fantasma del 6-0 y 6-0 que el año pasado recibió la soviética Zvereva ante Graf en la final. Conchita jamás tuvo la iniciativa en el primer set, se vio totalmente desbordada por la derecha de Graf y no soltó nunca su brazo.Pero el partido cambió en la segunda manga. Conchita ganó su primer saque y se relajó. Justamente en ese momento, llegó la lluvia y Conchita tuvo tiempo, para reflexionar en el vestuario. Cuando volvió a la pista, era otra jugadora. Se había dado cuenta de que Graf es la mejor, pero que ella no es tan mala. Se adentró en la cancha, lanzó sus golpes planos y presionó a a Graf hasta el punto de romperle el servicio en tres ocasiones. Pero Conchita no tiene la determinación, la rapidez de movimientos, la claridad estratégica y el primer saque de Graf. Eso hizo que no ganase un set que se le puso a favor. Llegó a tener una ventaja de 40-0, con 4-4 en el marcador, pero la perdió con cinco fallos no forzados.Luego, Graf le dio una última lección: "Para ganarme, hay que arriesgarse un poco más y mantener siempre el máximo nivel de concentración". Y Conchita, que antes del partido parecía ya derrotada por su inmenso respeto hacia Graf, cambió su opinión: "No estoy impresionada. Creo que Graf es la mejor, pero no es Dios. Me gustaría jugar con ella más veces porque es así como puedo aprender a ganarla".

El sueco Stefan Edberg (32) ganó al argentino Alberto Mancini (11º) por 6-1, 6-3 y 7-6 (7-5) y el alemán occidental Boris Becker (22) al norteamericano Jay Berger por 6-3, 6-4 y 6-1. Ambos se enfrentarán el viernes en una semifinal. La otra saldrá de los choques de hoy: Chang (Estados Unidos, 15º) Agenor (Haití) y Wilander (Suecia, 4º)-Chesnokov (URSS).

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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