Un punto de no retorno
La inversión institucional no decrece, y gracias a ello se han suavizado los efectos del torbellino realizador de la barandilla durante las últimas 48 horas. La actividad bursátil está latente en una suerte de balanza en la que manda la compensación entre índices sectoriales y valores que suben y bajan con alternancia para definir así un insólito equilibrio. Ayer, después del polémico prorrateo, el primer día de contratación de Repsol resultó un vendaval de dinero anunciado con los operadores en pie de guerra. La salida del gigante define un punto de no retorno en los mercados españoles, tan faltos de sociedades de dimensión capaces de dar confianza a la canalización de recursos a la renta variable.
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