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El consenso se tambalea

La batalla entre Cubiertas MZOV y Ferrovial, dos de las empresas medianas de la industria española de la construcción, puede dejar honda huella en un sector gobernado siempre por el consenso entre sus distintos agentes. No en vano, por primera vez en su historia, la designación de un presidente en Seopan ha necesitado de una votación previa, contraviniendo el orden tradicional que se ha fundamentado siempre en el acuerdo unánime de todas las partes interesadas.La junta general de accionistas en Cubiertas MZOV, prevista para junio, constituye ahora el punto de inflexión en el desenlace de este contencioso. Ferrovial, con un 23% del capital de Cubiertas MZOV puede exigir su representación en el consejo de administración de esta última companía, con lo que el pleito entre las partes se trasladaría a los cimientos de la actividad cotidiana de la empresa.

A la postre, la pugna de intereses entre Cubiertas y Ferrovial es interpretado como el resultado de los fuertes protagonismos existentes en el sector y que alcanzaron su punto álgido con motivo de las negociaciones emprendidas hace ya varios meses para la formación de un nuevo grupo, en el que habrían de participar las dos empresas ya mencionadas, además de Entrecanales y, previsiblemente también, Ocisa.

Fusión a la vista

Al final, Entrecanales se ha situado en el capital de Cubiertas, con un 15%, si bien, a diferencia de Ferrovial, los objetivos de esta inversión no apuntan directamente hacia la adquisición de un papel relevante en la gestión de la constructora fundada por la familia Messa. Por su parte, Ocisa ha preferido emprender un nuevo camino en solitario, tratando de obtener una dimensión más amplia que garantice la masa critica necesaria para competir en mejores condiciones. De ahí, su OPA sobre Cobra en una operación facilitada por Mercapital, la entidad financiera que preside José María Loizaga, y en cuyo accionariado participa también Cubiertas MZOV.No obstante, el fallido intento de formar un grupo emergente que pudiera acercarse a las grandes firmas como Dragados y Agroman no ha desanimado a otras constructoras más pequeñas que, poco a poco, van tomando posiciones en el ranking sectorial. Tal es el caso de Cornylsa y Tecsa, cuya fusión cuenta con el respaldo de un compromiso formal entre las partes firmado a principios de febrero y en el que se establece un plazo de cinco meses para culminar un acuerdo definitivo. La integración dará lugar a una nueva sociedad con un volumen de negocio de 35.000 millones de pesetas.

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