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LA GUERRA DEL LÍBANO

El Gobierno español envía una delegación a la capital - libanesa para evaluar la situacion

EL PAÍS / AGENCIAS, El Ministerio de Asuntos Exteriores enviará urgentemente al director general de África y Oriente Próximo, Jorge Dezcallar, a Beirut para hacerse cargo de la repatriación de los restos mortales del embajador Arístegui Petit, dijo el director de la Oficina de Información Diplomática (OID). El ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, a su llegada a Madrid procedente de Granada, donde asistió a una cumbre comunitaria, dijo que "no hay más remedio que enviar a una persona a Beirut para que informe sobre el terreno". El Gobierno, tras este incidente, se planteará su continuidad diplomática en la capital libanesa.

Sin embargo, el hecho de que España ejerce la presidencia de la Comunidad Europea durante este semestre dificultará un eventual cierre de la embajada en Beirut. Fernández Ordóñez señaló que, pese a las "intensas gestiones" para conseguir el cese de hostilidades que fueron realizadas incluso por el Papa durante las últimas semanas, cuatro embajadas habían resultado afectadas por los enfrentamientos en Beirut. "Ningún país ha movido sus embajadores hasta ahora", explicó el ministro. Fernández Ordóñez se enteró de la muerte del embajador a su llegada a Barajas, donde recibió una llamada telefónica de su homólogo francés, Roland Dumas, que le confirmó la defunción.Al ser preguntado el director de la OID si se tomarían medidas diplomáticas contra Siria -el proyectil partió de las posiciones que ocupan sus tropas alrededor de Beirut, junto a las milicias drusas de Walid Jumblat-, respondió que no se había decidido nada al respecto, y añadió que el gabinete de crisis del ministerio estaba reunido.

El encargado de negocios de la Embajada española en Beirut, Norberto Ferrer, fue quien transmitió a su ministerio el bombardeo de la sede diplomática. Ferrer informó que el embajador Arístegui había recibido varias veces propuestas para que abandonara el puesto, a lo que se negó siempre. Sin embargo, desde hace poco te nía previsto dejar la embajada al estar a punto de cumplir cinco años en el cargo. El pasado día 5, Fernández Ordóñez envió una nota a Arístegui en la que dejaba a su elección si era conveniente o no cerrar la embajada. La contestación del diplomático fue que era necesario mantener abierta y funcionan do la legación diplomática.

Por su parte, Michel Aun, general de las fuerzas cristianas, telefoneó ayer al rey Juan Carlos, a quien expresó sus condolencias y su horror por la muerte del diplomático. En de claraciones a la Voz de Líbano el general Aun dijo que la muerte de su "amigo el embajador" es representa "la brutalidad de la ocupación siria". Salim Hoss, que preside el gobierno musulmán apoyado por Siria también lamentó la desaparición y alabó la labor de Aríste gui "en favor de la cuestión libanesa".

Visita de la CE

El Gobierno francés expresó su .sentida emoción" por la muer te de Arístegui. Su secretario de Estado para la Acción Comunitaria, Bernard Kouchner, que se encuentra en la capital libanesa, visité, en nombre de Francia y de la CE, la capilla ardiente del embajador español. Kouchner recordó que en 1981 había muerto también de forma violenta en Beirut el embajador francés D. Delamarre.

El suegro del embajador Arístegui, el escritor libanés Tufic Yusef Awad -era diplomático y fue el primer embajador de su país en España-, y Samia Awad, cuñada del embajador, eran libaneses, al igual que el guardia Nicolás Kasis, que murió en el atentado.

La esposa del diplomático fallecido, Yuniana, una cristianá maronita, está herida de gravedad, aunque evoluciona "favorablemente dentro de la gravedad", de acuerdo con un parte médico emitido anoche, después de sufrir una intervención quirúrgica en el hospital Sagrado Corazón, en la zona de Baabda, en el sector este de Beirut. El médico que la atendió dijo que una revisión con scaner detectó que sufre "isquemia cerebral" (carencia de oxígeno en el cerebro).

La colonia española en Líbano está compuesta por unas 500 personas, en su mayor parte españolas casadas con libaneses. El resto forma parte del personal de la embajada y de los centros culturales de Espafía en Beirut, uno en el sector oeste (musulmán) y otro en el este (cristiano).

En el comunicado oficial de la OID se especifica que ningún residente en la embajada, incluidos los dos hijos menores del embajador, sufrieron daños.

Los tres hijos del primer matrimonio del embajador español, que viven juntos -Gustavo, de 25 años, casado; Iñigo, de 24, y Gonzalo, de 23-, se encontraban ayer en Madrid, donde recibieron la noticia. Su intención, según señaló Iñigo a este periódico, era desplazarse lo antes posible a Beirut para hacerse cargo de los dos hijos pequeños del segundo matrimonio de Pedro de Arístegui, divorciado y cuya primera esposa reside en Venezuela. El estado de sus hermanos pequeños era su mayor preocupación. Gustavo de Arístegui, licenciado en derecho, estudia la carrera diplomática y trabaja como comentarista de información internacional en la Cadena Ibérica radiofónica.

Los tres hijos mantenían un contacto telefónico casi permanente con su padre, especialmente después de la intensificación de los bombardeos a mediados del mes pasado. Todos ellos habían comenzado a buscar casa a su padre, el cual tenía decidido regresar próximamente a Madrid.

Los partidos políticos españoles expresaron su condolencia por el fallecimiento del embajador Arístegui. Manuel Fraga, presidente del Partido Popular (PP), después de honrar la memoria del diplomático fallecido y los méritos de la carrera, afirmó que "la nueva situación de distensión que pretende la URSS debería notarse más en Líbano". El CDS destacó el trabajo ejemplar de Arístegui "en defensa de los intereses españoles y de sus ciudadanos en Líbano", así como en otros países y zonas de alto riesgo. El PCE lamentó la muerte del diplomático y pidió una conferencia internacional para solucionar todos los problemas de Oriente Próximo.

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