Frenazo bancario

Los inversores no saben bien qué hacer en las actuales circunstancias, pues se han encontrado en medio de una realización de beneficios en la que el papel se absorbe con cierta facilidad, mientras que el motor de la reacción, el sector bancario, ha recibido la primera llamada de atención seria sobre las operaciones de autocartera. Las recomendaciones anteriores han dado paso a una actitud rígida por parte de las autoridades monetarias, lo que el mercado debe descontar en algún momento. La escalada de los valores bancarios entró ayer en la fase contraria, aunque todavía dentro de la materialización de plusvalías general. La preocupación de los inversores está en la reacción de estos valores ante las condiciones impuestas por el Banco de España al proceso de distribución de acciones que habían iniciado hace unas semanas.Los grupos industriales apenas consiguieron aguantar el ritmo de salida del papel, aunque otra vez hay que destacar que el tono de la sesión era equilibrado gracias a unos cuantos avances aislados.

El mercado continúa guiándose por sus propias variables, sin que los avances de Wall Street sirvan de aliciente, o el IPC de febrero -a punto de conocerse- frene al dinero. Tan sólo la actual realización y la posible reacción posterior preocupan a unos inversores que siguen teniendo como único objetivo el corto plazo. Las posiciones al cierre no mostraban intenciones vendedoras serias, por lo que volvían a destacarse unas cuantas operaciones de compra convenientemente aireadas.