_
_
_
_

Un marroquí mata en Francia a su hermanastra por salir con un no musulmán

La intolerancia religiosa y la dificultad de integración de los emigrantes árabes en Francia han provocado un drama familiar que causó el lunes tres muertos en Suresnes, cerca de París. Samir Dulim, un joven marroquí de 25 años, mató a su hermanastra, Uham Jbali, de 20, porque salía con un francés no musulmán, de 42 años, y después se suicidó. En la tragedia murió también un hermano de la joven, Adil Jbali, de 19 años.

El drama se desarrolló en el patio del instituto Paul Langevin, de Suresnes, cuando la muchacha marroquí volvía a clase después de comer. Los tres jóvenes habían estado conversando animadamente, sin ningún signo de violencia, en un bar próximo al instituto, adonde regresó Ilham. Pero los dos muchachos la siguieron y, a las 13.45, en el patio formado por los dos edificios de ladrillo rojo del liceo, Samir sacó un arma y disparó dos tiros contra Ilham y otros dos contra Adil, para, inmediatamente, descargar el revólver sobre su sien. Samir murió en el acto y los dos hermanos fallecieron por la noche en los hospitales a los que habían sido trasladados.El suceso, que en principio parecía una tragedia familiar, adquirió otras connotaciones cuando el procurador de la República de Nanterre, Stéphane Boittiaux, reveló que en el cuerpo de los muchachos se hallaron dos cartas en las que, con constantes referencias a Alá, explicaban su proyecto de matar a su hermana porque frecuentaba a un francés no musulmán y suicidarse ambos después. La muerte de Adil se convertía así en un sacrificio admitido de antemano, un suicidio, aunque ejecutado por las manos de su hermanastro.

El autor de los disparos, Samir Dulim, estudiante de Ciencias Físicas, era "muy practicante y próximo a los medios integristas", según declaró un empleado de Elancourt, la localidad en la que vivía la familia, instalada en Francia desde hace años. La joven se había trasladado recientemente a una residencia universitaria cercana al instituto de Suresnes, donde cursaba estudios de comercio internacional. "Era una chica seria y trabajadora, que alguna vez había mencionado sus problemas familiares", dijo uno de sus profesores.

El drama llevaba algunos días gestándose. Estudiantes del instituto de nacionalidad marroquí confirman el enfado de los dos jóvenes por las relaciones de Ilham con un francés, mucho mayor que ella. Les habían visto discutir en la parada de autobús que se encuentra delante del instituto o en el bar cercano. Hace menos de un mes, Samir adquirió un revólver de perdigones destinado solamente a dar la alarma, que posteriormente transformó en un arma mortal. Cuando el lunes disparó sobre Ilham y Adil, el revólver estaba cargado con balas de 9 milímetros.

Dulim, otro hermano de Samir, se mostró ayer extrañado por el móvil de la tragedia. Declaró que él mismo estaba casado con una francesa no musulmana y que su familia no era intolerante. Una asociación de jóvenes magrebíes salió también al paso de la relación entre los crímenes y el fanatismo religioso y circunscribió el suceso a sus características de "acto de locura".

El caso recuerda lo sucedido en junio del año pasado, cuando la joven musulmana Mansuria, que vivía en Francia desde los seis meses, fue secuestrada por su hermano y trasladada a Argelia para casarla contra su voluntad con un primo. Mansuria volvió a Francia gracias a la movilización de sus amigos.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_