Antonio Hernández-Gil, hijo, asume la representación legal de Alberto Cortina ante Alícia Koplowitz

Antonio Hernández-Gil Álvarez-Cienfuegos, hijo del antiguo presidente de las Cortes y actual titular del Consejo General del Poder Judicial, ha asumido la defensa legal de Alberto Cortina en la tramitación de los procedimientos jurídicos emprendidos hace unas semanas por Alicia Koplowitz, que también es representada por asesores legales externos. De esta forma, ambas partes tratan de encauzar su contencioso particular evitando a toda costa vinculaciones que puedan afectar directamente al desarrollo del grupo Construcciones y Contratas (Conycon).

En la actualidad, y después del viaje realizado a Roma durante la pasada semana, Alicia Koplowitz ha regresado a Madrid y está sopesando las decisiones a tomar. Hasta la fecha, y tras la separación efectiva del matrimonio producida hace ya unos meses, no existe constancia de ninguna demanda jurídica contra Alberto Cortina.El primer objetivo de Alicia Koplowitz consiste, ahora, en discernir la situación derivada de los problemas personales que pueda tener con su marido, sin olvidar las consecuencias que todo ello puede provocar indirectamente dentro del grupo Construcciones y Contratas. En otras palabras, se trata de evitar que el grupo empresarial se vea afectado por la pérdida de confianza que pueda existir dentro del matrimonio. En este aspecto -y aunque no se puede olvidar que Alberto Cortina y Alicia Koplowitz mantienen separación de bienes en su matrimonio- el papel que pueda tomar un abogado particular como Antonio Hernández Gil hijo es considerado un elemento clave para evitar malas interpretaciones que, a la postre, puedan deteriorar la imagen del grupo, según han señalado fuentes cercanas a la familia Koplowitz.

De esta forma, y con independencia de la evolución que puedan seguir los acontecimientos en función a las decisiones de Alicia Koplowitz, los asesores legales de la mujer de Alberto Cortina han distinguido dos campos de actuación perfectamente diferenciados. De una parte, la que corresponde a la relación directa con el abogado de Cortina; de otra, la que se deriva del papel más activo que su cliente, Alicia Koplowitz, pueda tomar en su momento dentro de todo el grupo empresarial y financiero estructurado en torno a Construcciones y Contratas. En este último capítulo, el interlocutor directo de los abogados de Alicia Koplowitz es Alberto Alcocer.

Lentitud en Cartera Central

Mientras tanto, Construcciones y Contratas continúa sus negociaciones con Kuwait Investment Office (KIO) de cara a un acuerdo definitivo que permita la compraventa de las acciones que el grupo árabe controla en Cartera Central. Las conversaciones, que dirigen Miguel Boyer y Romualdo García Ambrosio como representantes del grupo de Los Albertos, se están desarrollando con bastante más lentitud de la que, en un principio, había previsto el grupo árabe.

Tras la formulación de la oferta por parte de KIO la pasada semana, Construcciones y Contratas solicitó la presentación formal y por escrito de una propuesta de venta que, a su vez, fue remitida el lunes último. Hasta el momento, el tira y afloja entre las dos partes no ha servido para acercar las posiciones. KIO solicita en tomo a los 42.000 millones de pesetas, mientras que Construcciones y Contratas se niega a precisar una cifra que pueda marcar un punto de referencia para un compromiso ulterior de pago. La posibilidad de una contraoferta por parte del teórico comprador no ha tomado aún carta de naturaleza, lo que puede exasperar también los ánimos dentro de la plana mayor de KIO.

No en vano, el vicepresidente del grupo árabe, Fuad Jaled Jaffar, fue quien asumió la responsabilidad directa de esta operación cuando el pasado día 21 de febrero viajó a Barcelona para asistir al consejo de administración de Torras. En un principio, el objetivo de Jaffar era cerrar el acuerdo antes del pasado viernes. E 1 plazo se extendió hasta el lunes seguiente, día 27, a petición de los propios responsabIes del grupo Construcciones y Contratas.

Sin embargo, a pesar de los contactos diarios que se están manteniendo durante toda esta semana, parece harto difícil que el acuerdo pueda cerrarse de una forma inmediata, a no ser que alguna de las dos partes implicadas en la negociación termine por decantar abiertamente su verdadera capacidad de persuasión.

KIO, por su lado, ha insinuado la posibilidad de un segundo comprador, cuya alternativa no parece tampoco la más idónea para resolver pacíficamente la situación.