Elogios fraternales

Los elogios que el presidente del Gobierno dispensó ayer a los diputados de Convergéncia i Unió parecen apoyar las hipótesis de que algo se puede estar fraguando entre socialistas y nacionalistas catalanes para después de las próximas elecciones legislativas. Aunque la entrevista entre Felipe González y Jordi Pujol transcurrió por otros derroteros y se concentró exclusivamente en aspectos autonómicos, son evidentes los esfuerzos de ambas partes por recomponer los puentes que quedaron rotos en 1984, cuando se presentó la querella por el caso Banca Catalana.

"El comportamiento de CiU en el Parlamento es el que corresponde a un partido con responsabilidades de Gobierno", afirmó González antes de añadir que era destacable "la actitud positiva y constructiva" de los nacionalistas en la gobernabilidad del Estado y a la hora de plantear alternativas. En otro momento, explicó que, por ejemplo, cuando CiU presenta una enmienda a los Presupuestos del Estado aporta de qué partida debería restarse la misma. "Mantenemos algunas diferencias de criterio pero de menor entidad", añadió.No es ningún secreto que Pujol, pese a encontrarse más cómodo con los partidos de centro-derecha, desconfía de sus posibilidades electorales. A sus colaboradores les ha pedido incluso que refuercen el diálogo con el PSOE y con el Gobierno.