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Excelente resultado del Madrid en Eindhoven

Alex Martínez Roig

El Real Madrid acabó anoche soportando con entereza dos chaparrones: uno, tremendo, de agua, y otro, más continuo, pero sin excesivo peligro, del PSV. Con gran tensión defensiva -contradiciendo las palabras pronunciadas por su entrenador el día anterior- el Real Madrid arrancó con seriedad un excelente resultado en Eindhoven. El 1-1 sitúa ahora toda la presión sobre el PSV -lo contrario de lo que sucedió el año pasado- porque es el equipo campeón de Europa el que está obligado a marcar un gol en el Bernabéu para clasificarse, por el doble valor del tanto del Madrid logrado en campo contario.El campeón español afrontó el encuentro con humildad, olvidándose de palabras como "campeón moral" y consciente de que la Copa de Europa hay que sudarla en el campo. Michel, por ejemplo, desapareció como hombre ofensivo -excepto en el gol- y programó su cerebro para sacrificar su brillantez individual por el trabajo colectivo. Pero el que jugó un gran encuentro, quizá el mejor desde que está en el Real Madrid, fue Schuster. Generoso en la entrega física, adaptándose mejor que sus compañeros al juego largo al que obligaba el mal estado del campo, Schuster demostró que tiene sitio en este Madrid. Él, junto a Gallego, supo aguantar a un equipo que comenzaba a perder los nervios en los momentos de mayor agobio.

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El partido comenzó con el PSV intentando poner en práctica su tradicional juego arrollador. Lo hizo con menos imaginación y fuerza que el año pasado -quizá por las importancias ausencias-, pero fue suficiente para que el Madrid se echase hacia atrás. Las oleadas del PSV eran continuas, pero se quedaban frenadas antes de llegar a la zona de máximo peligro. Esta situación se mantuvo durante toda la primera parte, con Vaneriburg llevando el peso ofensivo y Koeman -en un puesto de pivote por delante de la defensa- intentando, sin éxito, abrir huecos con sus lanzamientos.

El Real Madrid apenas construyó ocasiones de gol, aunque cuando lanzó sus escasos ataques dio la sensación de poder romper fácilmente el esquema defensivo del PSV. Pero los madridistas no estaban ayer para demasiadas alegrías atacantes, aunque aprovecharon con eficacia las que tuvieron. En el minuto 27, por ejemplo, el árbitro anuló un gol a Hugo Sánchez que parecía perfectamente válido. Pero fue en las dos únicas jugadas en las que Michel abandonó su posición casi de lateral derecho cuando más peligro creó el Madrid. Un tuya-mía con Butragueño (m. 4) sirvió como aperitivo del gol en el que Schuster tuvo una intervención sensacional atrayendo hacia él a varios defensas para abrir el balón hacia Michel y enviarlo éste hacia la cabeza de el Buitre, que lo remató a la red con vuelo rasante. Se pudo alabar también su valentía, aunque el remate en plancha estaba cantado, porque Van Aerle al intentar despejar, pudo lesionarle gravemente dándole una patada en la cabeza.

Un bajón de concentración en el inicio de la segunda parte le costó al Real Madrid no llegar con ventaja al Bernabéu. De repente los defensores se despistaron apenas unos minutos que Romario aprovechó para empatar (m. 2) y para enviar otro balón al poste (m. 56). Fueron los momentos de mayor abogio, de mayor profundidad del PSV, ahora mejor dirigido por Koemar.

El agobio fue remitiendo poco a poco mientras comenzaba un chaparrón de lluvia que convirtió el césped casi en una pista. Beenhaker trató de buscar alternativas ofensivas sustituyendo a Butragueño -que se marchó claramente enfadado- por Paco Llorente. La intención pareció buena porque el campo estaba impracticable para los regates cortos de él Buitre, pero Paco Llorente no recibió ni un solo balón para poder en marcha el turbo de sus piernas.

Así, con seriedad, con mucha tensión en su juego, el Madrid empató por tercera vez con el PSV. Pero esta vez las cosas son muy distintas al año pasado. Ahora el Madrid tiene la ventaja, y el PSV la presión. Pero sería un error que el Madrid volviese a confiarse como le sucedió el año pasado antes del primer partido en el Bernabéu. Eso le costó una Copa de Europa que aún defiende el PSV.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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