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Bob Hawke,

primer ministro australiano, puede servir de ejemplo a John Tower, pendiente de que el Senado norteamericano ratifique su nombramiento como secretario de Defensa, en su lucha contra la bebida. En efecto, Bob Hawke, que en su juventud batió récords como bebedor de cerveza en su país, dejó la bebida en mayo de 1980 cuando se sentó por primera vez en el Parlamento, según informa Reuter desde Sidney. Hawke, hombre amante de las bromas, aseguró entonces que cogería una gran borrachera si resultaba elegido alguna vez primer ministro. Tres años después, el recién primer ministro de Australia cumplió la promesa. Fue su últi ma gran borrachera. Nunca más, asegura él mismo, ha vuelto a beber ni una gota de alcohol.

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