Pujol y Obiols se acusan en el Parlamento catalán de recurrir a la descalificación del adversario
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el líder de la oposición socialista, Raimon Obiols, protagonizaron ayer un duro debate en el Parlamento catalán en el que se acusaron mutuamente de practicar una política de descalificación sistemática del adversario mediante el insulto, la falsedad y la insidia.
El dirigente de la oposición advirtió a Pujol que por la vía de la descalificación y la marginación de los socialistas catalanes "no obtendrá absolutamente nada en sus intentos de negociar con el Gobierno central". El debate de ayer fue provocado por unas declaraciones de Pujol, realizadas el pasado día 13 a través del canal autonómico de televisión, en las que el presidente de la Generalitat dijo, entre otras cosas, que la táctica de los socialistas catalanes, como fuerza de oposición, era "ensuciar al país y a su gente".Tanto Pujol como Obiols, y el comunista Rafael Ribó, que terció en el debate en un infructuoso intento de centrarlo en planteamientos más generales, declararon su voluntad de mantener la confrontación política entre partidos dentro de los límites de ética política. Sin embargo, no pudieron evitar que el cruce de réplicas y contrarréplicas derivara a cuál de los dos era el más ofendido, quién había soportado más insultos y quién había sido víctima de más ataques.
Cruce de acusaciones
Obiols afirmó repetidamente que Pujol mintió al decir por televisión que los socialistas catalanes se habían alegrado de que la Generalitat fuera excluida en el testamento de Dalí. Pujol no replicó a esta acusación. El presidente de la Generalitat aceptó y asumió la crítica formulada por Obiols, que le recriminó que en la fiesta de Convergencia se instalara un pim pam pum con un muñeco que representaba al propio Obiols. El líder del PSC recordó también que ha sido objeto en dos ocasiones de agresiones físicas en recintos de la Generalitat.Pujol contrapuso a estas acusaciones una serie de ejemplos de ataques de los socialistas y recordó la querella por el asunto Banca Catalana para presentarse a sí mismo como la persona más atacada de Cataluña en los últimos años. El presidente recordó también que en el debate sobre la adjudicación de las loterías catalanas, los socialistas hablaban de los "poco honorables bolsillos catalanes" que se habrían beneficiado de la concesión. Se refirió también a que en publicaciones del PSC se habla de que "Pujol es Jomeini" y se dice que Pujol y el secretario general de la Presidencia, Lluís Prenafeta, forman "la pareja del hampa". Pujol puso especial énfasis en señalar que el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, presentó la semana pasada una revista titulada La Rosa de Barcelona en la que se compara a su esposa, Marta Ferrusola, con Carmen Polo y a políticos convergentes con el general Stroessner.
"Ustedes dicen: Basta. Yo también lo digo", afirmó Pujol tras recitar estos ejemplos. "Pero les advierto que en política a veces las actitudes son más importantes que los programas y que mientras se mantengan las actitudes de agresión los acuerdos políticos son inviables".
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