167 reclusos jóvenes se amotinan en Carabanchel por segunda vez en dos meses

Un total de 167 reclusos del Centro de Detención de Jóvenes de Carabanchel, en Madrid, se amotinaron sobre las seis de la tarde de ayer por segunda vez en dos meses en protesta por el traslado de 9 internos a la prisión de Zamora. Los reclusos subieron a los tejados de la prisión, donde permanecían a la hora de cerrar esta edición, si bien una de de ellos había decidido abandonar su actitud y negociaba con el resto esta posibilidad. Mientras, los reclusos encendieron hogueras para combatir el frío. Según el Ministerio de Justicia, 95 de los amotinados pertenecen a la primera galería, 55 a la segunda y 13 a la tercera.

Varios guardias civiles del servicio de vigilancia dispararon al aire con fines intimidatorios para evitar la generalización de los incidentes, según fuentes policiales y de Justicia. La Dirección General de la Guardia Civil declaró que los disparos se hicieron para evitar la fuga de algún preso. En el curso del tiroteo, los presos arrojaron piedras contra los agentes y los funcionarios, uno de los cuales resultó alcanzado en la cabeza. Javier de Vicente, secretario de prisiones de la Unión Sindical Obrera (USO) declaró que los disparos se produjeron para evitar que saltaran los muros de la cárcel unos 17 reclusos.Los presos se amotinaron en protesta por el traslado de nueve internos a la prisión de Zamora por haber participado en un motín anterior. Éste, según distintas fuentes, comenzó a gestarse durante el fin de semana, cuando, según el representante de USO, se produjeron dos intentos de fuga, dos presos se autolesionaron y otros cuatro intentaron subir a los tejados. Tras este incidente nueve presos fueron enviados a la cárcel de Zamora.

Al parecer, según Javier de Vicente, uno de los jóvenes que ya tuvo un papel destacado en el anterior motín, Ramón Gigante Real, fue quien incitó ayer a sus compañeros a subir al tejado. Los primeros en subir fueron los internos de la primera galería del Centro de Jóvenes. Posteriomente se unieron los presos de la segunda y la tercera.

Sobre las 17.45, los reclusos habían ocupado los tejados de la quinta galería de la Prisión Provincial. Algunos de los amotinados rompieron las puertas del gimnasio y allí se armaron con barras de hierro y otros objetos contudentes. Inmediatamente después se fueron distribuyendo por las distintas zonas de la prisión.

Al caer la noche las Fuerzas de Seguridad del Estado decidieron no intervenir, ya que la oscuridad hacía muy dificil la intervención.

Hacia las 21.30 comenzaron las negociaciones entre el director de la prisión y los amotinados. Éstos exigieron la inmediata retirada de las Fuerzas de Seguridad del Estado, la promesa formal de que no se producirían represalias y que los trasladados a Zamora volverían a Carabanchel. Francisco Alonso, tras casi hora y media de negociaciones a voces y con megáfono, se comprometió a satisfacer las demandas, pero aseguró que se tomarían medidas penitenciarias.

Javier de Vicente aseguró que el motín estaba cantado desde el fin de semana: "Hay un parte de prisiones firmado el 18 de este mes en el que se avisa de que esto podía suceder". En opinión del funcionario de prisiones se ha producido un relajamiento del poder penitenciario que ha sido aprovechado por mafias de internos para tomar el poder. Enrique de Castro, de la Coordinadora de Barrios, piensa, en cambio, que el motín ha sido propiciado por los funcionarios "para echar más leña al fuego" en su enfrentamiento con Instituciones Penitenciarias.

El pasado 14 de enero, 28 reclusos protagonizaron otro motín que concluyó con la imposición de una pena de 14 días en celdas de castigo para los amotinados. Tras la posterior fuga de dos reclusos, el director del centro, Francisco Guerra, fue destituido. Ayer mismo tomó posesión el nuevo director, Francisco Alonso Rincón.