Vergüenza de sus padres
Quiero decir públicamente lo que hace tiempo pienso como madre de familia sobre esa Prensa sensacionabsta o del corazón, como se ha dado en llamar.Pienso que está destruyendo los valores éticos de los,jóvenes. No me refiero a los valores morales que las religiones nos enseñan, me refiero a la moral innata que nos impulsa a hacer el bien tanto a las personas como a las cosas que nos rodean.
De alguna manera se está diciendo: "¡Triunfa!", no importa cómo sea, se lleva ser rico. Triunfas: te casas, portada-millones; te divorcias, portada-millones; embarazo, portada-millones; abortas, portada-mifiones.
Los jóvenes, que no son tontos, dicen que pasan de todo esto. Pero creo que no pasan del todo: en la puerta de los bares de moda se ve a niños de no más de 15 años con botellas de bebidas alcohólicas en la mano, y si son etiqueta negra, me or. Etiquetas, etiquetas... ¿No están buscando salir en la portada de su revista particular?
Nunca los jóvenes tuvieron más libertad ni nunca fueron más esclavos; esclavos de la droga, esclavos de las etiquetas, esclavos hasta de la manera de hablar (hablan con la boca abierta, que les da un aire de cretinismo).
Son ellos los que tienen que decir en voz alta: "¡Basta ya de utifizarnos para enriquecerse unos cuantos! ¡Queremos ser libres, en todo el sentido de la palabraf". Tienen que ser ellos, ya que nosotros -generación que tanto hablamos de libertad- no supimos enseñar a nuestros hijos lo que significaba, y degeneró en libertinaje. ¿Qué nos pasó?
Se dice de estas revistas: "Hay mucha mentira, carnaza que vende", pero hay estómagos que no digieren bien. Y vienen las preguntas. ¿Por qué, si no es verdad, no se acude a la justicia?
Queremos una juventud con ilusión, que no pase de nada, que su protesta sea oral (no rompiendo botellas, papeleras o todo lo que se encuentre a su alcance), que estudie, que trabaje, que se divierta, que se enamore, que se levante a una hora normal, que visite museos, que lea, que haga deporte, que pasee de día, que pueda tener una casa sin arruinarse, que pueda tener hijos sin esperar a los 30 años, que vote.
No queremos droga, alcohofismo, vaqueros rotos, etiquetas. No queremos ver a los hijos de los famosos en las revistas, con cara de circunstancias y cierta vergüenza de sus padres-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.