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NUEVO INTENTO DE CONCERTACIÓN SOCIAL

La CEOE admite incrementos salariales superiores al 5%, en 1989, al margen de los objetivos de inflación del Gobierno

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) dio ayer un giro en su posicionamiento frente a la negociación colectiva para 1989.En su asamblea general, los responsables de la patronal modificaron su postura anterior, en la que se fijaba un tope rígido del 5% para los convenios, introduciendo, por primera vez desde hace muchos años, unos criterios más flexibles de acuerdo a la situación en que se encuentra cada sector o empresa.

Después de varias semanas de discusiones en los órganos directivos de la confederación empresarial y de sus organizaciones miembros, cerca de 1.000 representantes empresariales de toda España aprobaron ayer los criterios para la negociación colectiva para 1989.

Al final, el documento con las recomendaciones ha sufrido algunos cambios de última hora, introducidos el lunes en la junta directiva de la patronal.

El más importante es el relativo al tope salarial, que queda redactado de la siguiente forma: "Se estima que el aumento salarial directo debe establecerse entorno al 5%". Con ello se rompe, de alguna manera, el apoyo implícito de los empresarios al objetivo de inflación del Gobierno para el presente año.

La justificación para este cambio de actitud, según el presidente de la patronal, José María Cuevas, se basa en la subida de los precios en 1988, muy por encima de las previsiones oficiales, así como en la diferente situación de los sectores y empresas afiliadas, "que exigen respuestas diferentes para hacer frente a la competencia exterior de aquí a 1992".

El propio documento señala que en convenios sectoriales deberán tenerse en cuenta la evolución de las empresas y de sus perspectivas, así como "los requerimientos de productividad que el sector precise para afrontar los nuevos retos del mercado único europeo".

El resto de los planteamientos para la negociación colectiva se mantiene dentro de lo previsto inicialmente, excluyendo todos los aspectos no salariales -"quedarán atribuidos a un acuerdo global que la CEOE pudiera negociar con los sindicatos y el Gobierno"- y modificando el sistema utilizado para la revisión salarial.

A pesar de esa puerta abierta a un acuerdo con los sindicatos, Cuevas afirmó en su discurso ante la asamblea general que el proceso de concertación había tocado a su fin, porque "se ha perdido el interlocutor social que lo hizo posible", refiriéndose a los sindicatos, a los que acusó de "intransigentes".

El presidente de la organización empresarial criticó duramente la postura de éstos e insistió en que los empresarios informen a los trabajadores de los perjuicios de la conflictividad.

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