WC
La moda va por rachas, y ahora la racha es hablar de cuartos de baño, que en castizo llaman WC. Debería ser a la inversa, pues WC viene de voz inglesa -watercloset-, pero tomó ya hace mucho carta de naturaleza en nuestro vocabulario. De cualquier forma, es invento reciente, y su vigencia es inapreciable si se compara con los siglos que ha vivido la humanidad sin conocerlo. Hace apenas nada, la cagajón y todo el zurullo se arrojaban por la ventana al grito de "¡agua va!". La privada, con vocación de unidad de destino en lo universal, es decir, dotada de inodoro, su bombillo, su mangueta, lavabo, bañera, bidé, entró después, y entonces también fue moda hablar del WC. Acto social era la visita, y en su primera comparecencia constituía norma enseñarle la casa. Los matrimonios que presumían de salud, al llegar al cuarto de baño, explicaban: "Éste es el cuarto de baño, que aún no hemos tenido necesidad de utilizar, gracias a Dios".Niveles de vida más altos, quintas más higiénicas, industria, comercio, generalizaron el WC, y ya lo hay en todas las casas. En algunas, varios. Depende del tamaño de la casa. Si es modestita, taza y polibán; si de posibles, par de cuartos de baño o tres. Se sabe de importantes mansiones donde hay media docena, y, si aún son más grandes, puede haber 16. Dicen de una con semejante equipamiento. No se trata de lujo, sino de necesidad, naturalmente. Según afirman quienes de esto saben, la casa tiene una extensión como Valdemorillo, y cualquiera ha de entender que, en tales circunstancias, ni un cuarto de bailo ni media docena bastan, y aun 16 son pocos. Pregúntenles a los valdemorillanos qué harían con un WC para todos, alcalde incluido. Si -pongamos por caso- cuando el señor está disfrutando del gorjeo de la oropéndola por las dependencias que dan a Getafe le viene el apretón y el WC lo tiene en las que dan al Valle de los Caídos, obviamente no llega, y tampoco lo va a soltar en la alfombra. A algunos que critican los 16 WC quisiera ver yo en esa casa, sin ellos y con seguidillas.
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