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Miguel Prieto, el mejor español, abandona el Rally París-Dakar al intoxicarse su copiloto con gases

ENVIADO ESPECIAL, Miguel Prieto y su copiloto, Manuel Juncosa, abandonaron en el Rally París-Dakar cuando se encontraban octavos en la clasificación general. Juncosa sufrió una intoxicación por inhalación de gases del tubo de escape, llegó a desmayarse, y cuando se recuperó, el servicio médico del rally le impidió continuar en carrera y le subió a un helicóptero para evacuarle. Salvador Servíà, noveno clasificado en la general, también tuvo que abandonar al quedar atrapado en un río. Para Peugeot tampoco fue un buen día, y se le escapó la tercera etapa del rally. Ganó el Mitsubishi del japonés Shinozuka.

La etapa de ayer tenía la complicación de que era a través de una pista por la floresta guineana, surcada de arroyos. Al llegar a uno de ellos, Prieto y Juncosa vieron el coche de Servià atascado. Ellos mismos sufrieron también las consecuencias de atravesar una zona blanda bajo el agua. Juncosa se bajó ara poner unas planchas delante de las ruedas. En los 10 minutos que tardó en la operación, los Peugeot, que se habían despistado en la salida, pasaron por allí a todo gas. Prieto aceleraba a fondo para poder salir; Juncosa permanecía junto al tuvo de escape, adelantando las planchas. Cayó desmayado a consecuencia de la inhalación de gases.Juncosa asegura que los espasmos le llegaron por el frío de estar tanto tiempo en el agua. Quizá también por los gases, pero una cosa tiene clara: "A los 10 minutos estaba perfectamente recuperado, pero había un médico que había llamado ya al helicóptero de asistencia, y como ya había dado el parte, yo tenía que montarme y abandonar la carrera y, por tanto, también Prieto. Le insistí que si quería esperaríamos media hora, pero no me lo permitió".

De la rapidez de su recuperación es un ejemplo que el helicóptero no le trasladó de inmediato a Labé, término de la etapa, y donde estaban los servicios médicos centrales, sino que a la vista de que su evacuación no era necesaria, continuó a la espera de alguna misión urgente para aterrizar en su base. Juncosa se bajó a media tarde del helicóptero en Labé con lágrimas en los ojos, porque, según su propio testimonio, le habían obligado a abandonar. Su estado era perfecto y quedó a la espera de que llegase Prieto, que venía conduciendo el coche, pero ya fuera de carrera, porque la organización interpreta que en cuanto el piloto o el copiloto se ven obligados a abandonar, el vehículo queda descalificado.

La desolación en el equipo español de Nissan era manifiesta. Tras la retirada de tres vehículos diesel por un mismo problema en la preparación especial de los coches transrally, Jorge Babler abandonó y quemó el lunes su vehículo por el estado en que se encontraba tras volcar, y ayer sufrió el problema de Juncosa. Sólo queda en carrera el coche de Hansi Babler, mal clasificado después de haber superado en días pasados problemas eléctricos.

Fallo de Peugeot

Para Peugeot tampoco fue un buen día porque equipo y medios tiene para ganar todas la etapas y ayer se le escapó, por tercera, vez, en el rally, la victoria. Un Mitsubishi, el del japonés Shinozuka, fue más rápido, e incluso Vatanen se vio también superado por Frequelin y Wamberguer, aunque como son compañeros de equipo, no importa. Ickx, por supuesto entró inmediatamente después de Vatanen, a 4.23 minutos de diferencia de éste, y en la general ya se distancia en 7.14 minutos. Shinozuka, que es séptimo, sacó 12 minutos a Vatanen.

En la carrera de motos Lalay ganó la etapa, con lo que aumentó su ventaja en la clasificación general a 33.55 minutos sobre Picco. Carlos Mas fue séptimo, a 27.35 minutos, y también pasa a ocupar este mismo puesto en la general, a 5.02 horas, porque el italiano Magnaldi, que iba quinto, abandonó tras sufrir una caída.

El rally, ya cerca de Dakar, ha cambiado de paisaje. De las arenas del desierto se ha acercado hasta la floresta guineana, que ayer atravesó por una pista estrecha, en mal estado, y en la que al paso por cada poblado había que preguntar la dirección a seguir para llegar a Labé.

La etapa de hoy llega a Tambacunda, ya en Senegal, pero el mayor tramo de competición será de nuevo en Guinea y atravesará casi 400 kilómetros de su mayor macizo montañoso, en cotas que llegan hasta los 1.600 metros de altitud. El paisaje, sin embargo, no resulta abrupto. Se trata de una zona alta, muy poblada, donde las temperaturas superan los 30 grados, en la que abundan la vegetación, las colinas y los rastrojos en los llanos. El rally llegará mañana a Saint Louis y el viernes acabará en Dakar.

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