Fernando Ferrer
El primer hispano que preside el distrito del Bronx en los últimos 4 lustros
¿Nombre largo y apellido impronunciable? Condenado al fracaso. Por eso los neoyorquinos le llaman Freddy, que es como augurarle un gran futuro. "Bautizado como católico y demócrata", Fernando -Freddy- Ferrer lleva en las venas sangre puertorriqueña y del Bronx, el barrio donde nació hace 38 años. Tras convertirse en el primer hispano que llega en los últimos 20 años a la presidencia del distrito olvidado de Nueva York, muchos dan por seguro que alcanzará la alcaldía en la frontera del siglo XXI.
"Hay cosas en Nueva York que nunca cambiarán". Lo dice uno de tantos carteles publicitarios en español que salpican los carteles del metro camino del Bronx.¿Hay cosas en el Bronx que nunca cambiarán?
Ferrer lleva casi dos años intentando poner fin a la leyenda negra de su distrito: "No estoy dispuesto a que sigan viniendo aquí los candidatos presidenciales para utilizar nuestros barrios como un ejemplo de horror urbano. Si vienen, que lo hagan para ver todo lo bueno que estamos haciendo, que es mucho".
Cuando se le pregunta sobre la novela de Tom Wolfe La hoguera de las vanidades es como si se le mentara la bicha. Primero emite un "¡Oooooh!" bien prolongado. Y luego afirma: "Es un libro bien escrito y bien cínico. Da una imagen salvaje del Bronx que no es nada real".
"My small town, mi pequeña ciudad. Así, a caballo entre la lengua que le enseñaron en la escuela y la que aprendió en casa, define sus sentimientos hacia el Bronx. Un amor sólo comparable con el que siente por el Partido Demócrata, en el que empezó a escalar desde muy joven hasta llegar a la corporación de Nueva York.
Difícil papeleta con la que se topó Ferrer al llegar a la presidencia, del Bronx: su predecesor, Stanley Simon, tuvo que dejar el cargo, acusado de extorsión y cohecho. En apenas seis meses, Freddy se metió a la gente en el bolsillo con su mensaje de borrón y cuenta nueva y fue refrendado en el puesto con el 86%, del voto popular.
Pero el Bronx sigue saltando a la primera página del New York Times con casos como el de Larry Davis, un delincuente que cumple condena por herir de bala a seis policías...
"El crimen es un gran problema en todo Nueva York", señala Ferrer. "En Manhattan se pueden cometer tantos giros equivocados como el Bronx. Nuestros barrios salen ahora en los periódicos por algo que hace años era impensable: la reconstrucción de las viviendas".
Como buen hispano, Ferrer tiene un sentido del humor que no siempre entienden sus compatriotas. Por eso tuvo que quitar de su despacho un cartel, regalo de un amigo, donde se leía: "Tenlo en cuenta, Koch, Ferrer para alcalde".
Y es que sus relaciones con el superalcalde de Nueva York y compañero de partido, Edward Koch, no son precisamente una balsa de aceite. Ferrer responde con un evasivo "quién sabe" cuando se le pregunta por su futuro político. Pero él, mejor que nadie, sabe que los hispanos seguirán creciendo hasta ser mayoría en Nueva York en el año 2030.
¿Hay cosas en Freddy que nunca cambiarán? "Aunque cada vez me queda menos tiempo, seguiré dedicando los fines de semana a mi mujer, mi hija Carolina y la vieja casa del Bronx, que nunca acabamos de reparar".
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