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Mueren dos militares en Burgos al estallar una carga durante unas maniobras

Un teniente y un sargento destinados en el Regimiento de Ingenieros número 5, ubicado en Burgos, perdieron ayer la vida al ser alcanzados por los efectos de una carga explosiva mientras realizaban unos ejercicios en el campo de tiro de Matagrande, en el acuartelamiento de Castrillo del Val. El jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Miguel Íñiguez del Moral, viajará hoy a Burgos para asistir al funeral por los dos mandos fallecidos.

Poco antes de producirse el accidente, ambos mandos habían ordenado a los soldados presentes que se alejaran del lugar ante la posibilidad de que se produjera un accidente. La explosión se registró cuando el teniente José Casado de Pablos, de 26 años, y el sargento José Buil Pardo, de 23, realizaban con su unidad unas prácticas de explosivos. Ambos pertenecían al batallón de zapadores del citado regimiento.Se trataba de unas prácticas habituales consistentes en la explosión, mediante un cebo eléctrico, de cargas enterradas en el suelo. Una de estas cargas no estalló cuando ya había transcurrido el tiempo previsto para ello, por lo que ambos mandos se acercaron al lugar para intentar descubrir las razones del mal funcionamiento del sistema.

Según unas fuentes, la explosión se produjo cuando los dos militares estaban acercándose a la carga y se encontraban dentro del radio de acción del artefacto. Según otras, los dos mandos estaban intentando desenterrar la carga para comprobar qué parte del sistema había fallado. En cualquier caso, las normas vigentes en el Ejército incluyen que las cargas que no estallan deben ser destruidas y, por tanto, hay que desenterrarlas para aplicarles algún tipo de cebo o detonador.

Primer destino

Los dos militares habían acabado sus estudios en las correspondientes academias hace poco más de un año y éste era su primer destino. El teniente Casado era natural de Segovia y, puesto que no había podido pasar con su familia las pasadas fiestas navideñas, pensaba ir a casa en Nochevieja. El hospital militar de Burgos, donde ayer se instaló la capilla ardiente, fue visitado ayer por familiares y numerosos amigos de los fallecidos.Un joven sargento compañero del fallecido llamado Miguel comentó que el teniente Casado estaba muy ilusionado estos días porque le acababan de comunicar un nuevo destino en Canarias y había decidido casarse el próximo mes de febrero. Por su parte, el sargento José Buil acaba de volver ayer mismo por la mañana de Zaragoza, don le había celebrado la Navidad ion su familia.

La capitanía de la Región Militar Pirenaica Occidental, de la que depende el regimiento de los dos fallecidos, ha abierto una investigación para precisar las causas del accidente.

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Fuentes militares señalaron ayer que, con independencia de los resultados que se obtengan de la investigación, todo parece indicar que los dos fallecidos cumplieron las normas de seguridad para el manejo de armas y explosivos previsto en el Ejército de Tierra. Como muestra de ello, destacaron el hecho de que ambos militares habían ordenado previamente a los soldados que se alejaran del lugar para que no corrieran ningún riesgo.

Las mismas fuentes señalaron que este extremo, unido a que el accidente se ha registrado en estas fechas navideñas, han hecho que Íñiguez del Moral decida asistir al funeral.

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