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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Vuelven a la sobremesa de TVE los 'Cuentos de hadas'

La serie alcanzó el año pasado gran gran éxito

Los que conocían a Shelley Duvall por la imagen frágil y desamparada de algunos de sus papeles en la pantalla grande debieron sorprenderse profundamente al verla aparecer las Navidades pasadas al frente de la serie Cuentos de hadas, de la que es creadora y productora. Lo cierto es que esta actriz tejana, que vuelve a nuestra sobremesa televisiva con estrenos y reposiciones de algunos de sus cuentos, tiene más de la indomable Olive Oil de Popeye que de la supuesta huerfanita que sugiere su peculiar físico.

"Shelley da la impresión de ser distraída y soñadora, pero en su cabeza hay una mente de acero", decía Gilbert Oates, después de haber trabajado para ella en la serie (es el realizador de Rapunzel y Ricitos de oro). Y una voluntad de hierro, a juzgar por la determinación de la actriz a convertirse en dueña y señora de sus proyectos, en lugar de esperar eternamente los de los otros. "Si uno quiere tener buenos papeles, tiene que creárselos uno", decía la actriz, que para su bautismo como productora eligió el libro de Tom Robbins Even cowgirls get the blues. Este primer proyecto no prosperó al fracasar las negociaciones por los derechos de la obra, lo que decidió a Shelley Duvall por los cuentos de hadas. Cuentos de hadas (Faerie tale theater) fue concebida como una serie de programas mensuales sobre el formato de Narraciones americanas (The american short story), la serie producida por Robert Geller para la PBS, en uno de cuyos episodios había intervenido la actriz tejana. Decidido el formato, Duvall discutió el proyecto con los estudios de cine y las grandes cadenas de televisión. Showtime, una de las cadenas por cable, se interesó finalmente por la idea.Shelley Duvall consiguió con facilidad que conocidos actores, guionistas y directores se encapricharan con el proyecto, a pesar de la escasa compensación económica que podía derivarles de una serie en la que cada cuento estaba presupuestado tan sólo en torno a los 500.000 dólares. Malcolm McDowell lo hizo por su hijo y por el placer de hacer comedia, algo que no había hecho antes; otros, como Francis Ford Coppola o Ivan Passer, por la oportunidad de trabajar con el vídeo. Como Robert Altman, cineasta al que reconoce como indiscutible padre espiritual, Shelley Duvall procuró pensar no tanto en la reunión de talentos como en la de "personalidades que pudieran trabajar bien juntas". Se cuenta en este sentido que uno de los mayores atractivos de participar en Cuentos de hadas fue la atmósfera relajada que supo crear la productora entre gentes procedentes de distintos ambientes y sometidos a las tensiones habituales del rodaje. En cuanto al tratamiento de los cuentos, desde el principio estuvo claro que se trataría de una reinterpretación respetuosa de los clásicos, buscando, según la actriz, "nuevos métodos de producción y. adaptación, pero sólo para buscar nuevas audiencias". "Las historias", ha dicho, "pueden haber sido realzadas o embellecidas, pero no fueron cambiadas, y el énfasis recae firmemente en los ingredientes tradicionales del cuento de hadas".

Cuentos de hadas se emite de lunes a viernes a las 15.35 por TVE-1.

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