Teatro en las ondas
El análisis de la radionovela revela el perfil social de la época dorada del género
La radio monopolizó durante décadas el ocio de los españoles. Eran años de cartillas de racionamiento, del motor de gasógeno y las desdichas de los personajes de las radionovelas, un género radiofónico unido por sus personajes, argumentos y formas e producción a una época. Despreciado por las generaciones del desalTOllo económico y la televisión, el serial radiofónico ha sido reconocido por el profesor y crítico teatral Pedro Barea como una firma de teatro que ofrece el perfil de una sociedad.
La estirpe de Sautier. La radionovela en España, 1924-1964, tesis doctoral de Pedro Barea, profesor del departamento de Comunicación Audiovisual de la facultad de Ciencias de la Información del País Vasco, ha profundizado en el fenómeno del serial radiofánico buscando las claves creativas, empresariales e ideológicas que hicieron de la radionovela "el ensueño de una generación". A pesar de que su edad, 45 años, le inscribe entre los que fueron incondicionales seguidores de las aventuras radiadas, Barea asegura que no escuchó radionovelas. El relato radiofánico le permitió, sin embargo, unir en un mismo tema de estudio los dos campos de su actividad profesional: el teatro y los medios de comunicación audiovisual.La época dorada del serial comenzó en los años cincuenta, cuando empezaron a escribirse guiones expresamente creados para la radio, en lugar de los radioteatros y adaptaciones de novelas que se habían utilizado hasta entonces. La radionovela era el gran espectáculo del momento, que popularizó los nombres de sus autores: Rafael Barón, los hermanos Baylos, Guillermo Sautier Casaseca, Luisa Alberca y otros.
Barea considera falsa la aparente inocencia y desconexión entre la radionovela y su contexto histórico. "Los seriales radiofánicos estaban insertos en un conjunto de estrategias de opinión que pretendieron reafirmar la mentalidad política dominante". En los primeros años cincuenta Gui'lermo Sautier Casaseca y Luisa Alberca, ambos autores n,uy populares, hicieron una radionovela movilizada, "un retoño tardío de la novela fascista espaflola que decaía". Este aspecto propagandístico se desconoce, en opinión de Barea, mientras prevalece el extendido cliché lacrimógeno de Sautier.
La audiencia del serial estaba compuesta principalmente por público femenino, amas de casa que pasaban muchas horas en ella. Sin embargo, los creadores del género escribieron radionovelas dirigidas a otros grupos de oyentes.
Junto a la radionovela se popularizaron las voces de los actores especializados en el género, como Juana Ginzo, Matilde Conesa o Pedro Pablo Ayuso. Recuerda Barea la importancia de los cuadros de actores de las emisoras y aquel concurso, Tu carrera es la radio, convocado por Radio Madrid para fichar nuevas voces. "Media nómina del teatro español ha pasado por la radio, la lista sería interminable".
"La radionovela planteaba los mismos mecanismos narrativos que el teatro. Era capaz de sugerir espacios a través del oído, espacios con sus leyes de perspectiva, como en las tres paredes del cubo escénico y con una puesta en escena sonora; con intérpretes de perfiles tan característicos como los del teatro", explica Pedro Barea.
Género barato
El serial fue un género barato que se convirtió en un importante negocio publicitario para las empresas emisoras, según Barea. "La radionovela heredó la tradición de las novelas. Merodean en torno al mismo público y explotan una creatividad de alquiler mediante escritores a destajo especializados. Se produjeron formas de trabajo seudotayloristas".Este contexto provocó la falta de registros y archivos, la aparición de refritos, la recomposición de argumentos y los plagios, y dificulta en muchos casos la adjudicación de la autoría. El sistema, sin embargo, permitió que los autores que alcanzaron mayores éxitos consiguieran sustanciosas compensaciones económicas.
La radionovela es el primer producto radiofónico, creativo y artístico, que se enlata, a excepción de los discos, permitiendo su reemisión.
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