El mes de la mala racha
Tres percances -uno de ellos con el resultado de un avión destruido- han sufrido los nuevos aviones F-18 entre el 18 de octubre y el 15 de noviembre. Los cuatro primeros aparatos de ese tipo llegaron a Zaragoza en el verano de 1986 y, hasta el momento, se encuentran en esa base medio centenar de los 72 aviones adquiridos. En sólo un mes, se ha superado ampliamente el índice de siniestrabilidad registrado para este avión, que supondrá la pérdida de entre 12 y 14 aparatos a lo largo de sus 20 años de vida pero que, lógicamente, la mayor parte de esas pérdas se registraráncuando los cazas tengan varios miles de horas de vuelo sobre sus sus fuselajes.A finales de este año, en España habrá 51 F-18 -tendría que haber 52-, otros 12 llegarán a lo largo de 1989 y los ocho restantes serán enviados a en 1990 o, como mucho, a comienzos de 1991.
El pasado 18 de octubre, un F- 18 tuvo problemas en el fluido del tren de aterrizaje. El mal funcionamiento del circuito de frenado provocó el reventón de una rueda y el aparato sufrió algunos desperfectos, si bien no tuvo graves consecuencias.
El más grave de los accidentes se produjo el 7 de noviembre, cuando un aparato perteneciente al Ala 15, con sede en la base de Zaragoza, que realizaba un vuelo de instrucción, se estrelló en la sierra de la Muela, a unos 15 kilómetros de la ciudad. El piloto del avión, el capitán Ignacio Azqueta, es uno de los once pilotos españoles que estuvo en EE UU entrenándose durante varios meses en el manejo del aparato.
El 15 de noviembre ocurrió el tercer incidente, también en la base de Zaragoza. Un F- 18 que intentaba aterrizar colisinó en el aire con un Hércules C-130 que despegaba. Los dos aviones sufrieron daños, pero lograron aterrizar.
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