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El secretario general de ELA, forzado a dimitir por sus compañeros

El dirigente del sindicato nacionalista ELA-STV, Alfonso Etxeberría, se ha visto forzado a dimitir como secretario general, tras el acuerdo adoptado por unanimidad por el comité nacional en la madrugada de ayer, martes. Etxeberría, criticado en la última época por su escasa capacidad de diálogo y personalismo, no estuvo presente en la reunión en la que se decidió su relevo. José Elorrieta, responsable de prensa y comunicación, alevín del dirigente cuestionado, le releva en su cargo.

El nuevo secretario general de ELA habla de la necesidad de readaptación del mundo sindical a los cambios de la sociedad. "Y el sindicato tiene que ponerse en onda con esta situación". Nadie cuestionó a Alfonso Etxeberría en el último congreso, que se celebró en abril de 1986, cuando resultó elegido secretario general. Sus compañeros le proponían que siguiera en la cúspide del sindicato más importante del País Vasco. Este contable de profesión, de 46 años de edad, natural de la localidad guipuzcoana de Azpeitia, lleva 12 años como secretario general de ELA. Su poder sindical se remonta a la clandestinidad. Otros 10 años con el bastón de mando del sindicato. Una larga trayectoria, en la que el líder sindical se ha instalado en un estilo de dirección "excesivamente personalista", según sus compañeros.

Independientes

En el congreso de 1976, un hombre independiente como Alfonso Etxeberría colocó en los puestos clave a sus más estrechos colaboradores durante la época de la resistencia. Ninguno de ellos estaba afiliado al PNV. Fue una condición impuesta por el propio Etxeberría. De hecho, de los 130 liberados con que cuenta el sindicato, ninguno está afiliado a partido alguno.Etxeberría siempre se ha opuesto a que el sindicato participe en áreas que superen el marco de la empresa. Las actividades de ELA se han ceñido desde un principio al marco de la empresa, de la negociación colectiva, y a temas de contenido estrictamente laboral. Ni siquiera se ha pronunciado frente a problemas directamente relacionados con el terrorismo. Alfonso Etxeberría se mantuvo distante cuando la ebullición política que vivía el País Vasco en la época de la transición obligaba a las organizaciones democráticas a definirse. "Eso es política; nosotros, al sindicalismo", solía decir a sus compañeros. Etxeberría siempre se ha mostrado celoso de su independencia. Por la definición nacionalista del sindicato ha existido tradicionalmente una tendencia a relacionar a ELA con el PNV. Nada más lejos de la realidad. "Alfonso y Xabier Arzalluz no se han reunido nunca", asegura uno de sus más estrechos colaboradores, que reconoce que "nadie sabe qué vota Alfonso en las elecciones políticas". Algunos consejeros de la primera legislatura del Gobierno vasco llegaron a calificar a ELA como un "grupo de presión".

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