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Un episodio de una serie de televisión en EE UU cuesta entre 50 y 300 millones

Cada gran cadena gasta 2.500 millones de pesetas a la semana en sus programas estrella

La producción televisiva en Estados Unidos para esta temporada continúa siendo uno de los factores fundamentales de las dificultades económicas que atraviesan las grandes cadenas, cada vez con menor audiencia, mayor competencia de los canales locales y de cable, y sin embargo, con unos gastos de producción muy elevados. Este año, las series más caras llegan a alcanzar un coste cercano a los 300 millones de pesetas por episodio.

Las leyes antimonopolio vigentes en Estados Unidos imponen serias limitaciones a las grandes cadenas de televisión a la hora de estructurar sus grandes imperios. Una de las más importantes regulaciones impide a las empresas dominar simultáneamente el mercado de la producción y el de la difusión de los programas. Debido a ello, las cadenas deben comprar la mayor parte de sus espacios a potentes productoras, que en muchos casos han surgido de la reconversión de las grandes compañías cinematográficas de Hollywood.Los costes de fabricación de las series norteamericanas dependen de los diferentes formatos establecidos en los que se encuadran las diversas producciones. Los precios más elevados corresponden a las superproducciones de miniseries o de películas de larga duración realizadas específicamente para el medio televisivo. En estos casos, el presupuesto por episodio ronda los 2,5 millones de dólares (alrededor de 300 millones de pesetas).

Una cifra similar vienen a costar las retransmisiones de acontecimientos deportivos de envergadura. El caso más fácilmente reseñable es el del programa Monday night football. Se trata de la emisión en directo de un partido de fútbol americano que se retrasa respecto de la jornada dominical de forma tradicional para poder ser televisado. Este año, la cadena ABC tiene presupuestados otros 2,5 millones de dólares por partido retransmitido, según datos difundidos por la revista Variety.

Las clásicas grandes series realizadas en cine de una hora de duración suelen alcanzar un coste por episodio entre los 800.000 y el millón de dólares (entre 100 y 120 millones de pesetas). Alrededor de estas cifras se mueven series como Corrumpción en Miami, La ley de Los Angeles o Luz de luna. Un caso especial es el de las series de amor y lujo, al estilo Dinastía, Dallas o Falcon Crest. Aquí, el presupuesto suele elevarse hasta 1,2 millones de dólares por capítulo (casi 150 millones de pesetas).

Los presupuestos más bajos corresponden a las telecomedias de situación, realizadas en decorados interiores, en soporte vídeo, de 30 minutos de duración y con un número de actores limitado. En este caso, la cifra suele oscilar entre los 400.000 dólares (menos de 50 millones de pesetas) y los 575.000 (alrededor de 65 millones de pesetas) que cuestan las series más importantes, como La hora de Bill Cosby, Las chicas de oro o Cheers.

Estos costos de producción hacen que una gran cadena, para mantener una programación competitiva en sus horas punta, deba invertir a la semana más de 20 millones de dólares (casi 2.500 millones de pesetas), por apenas tres o cuatro horas diarias de emisión, lo que supone un presupuesto anual cercano a los 130.000 millones de pesetas, una cifra similar a la que necesitó el Ente Público RTVE el pasado año para mantener la totalidad de sus actividades.

A pesar de los elevados costes de producción, el negocio sigue siendo rentable para las mayores empresas del sector, gracias a su magnífica red de distribución tanto en el Interior de Estados Unidos como en el extranjero.

Las series son amortizadas por los productores con su simple exhibición en la televisión norteamericana. Las reemisiones posteriores, la comercialización en vídeo y la venta al extranjero son beneficios casi limpios. Esto les permite además ofrecer unas tarifas de venta muy baratas. Un episodio, por ejemplo, de una serie que tiene un coste de producción en Estados Unidos de casi 150 millones de pesetas, puede venderse en España por apenas 600.000 pesetas.

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