_
_
_
_
LA SUCESIÓN DE REAGAN

Sufragio indirecto

La elección presidencial en Estados Unidos recurre en su fase final al sufragio indirecto, como muestra de la organización federalista del Estado. Según la Constitución (artículo 2.1.2), cada Estado designa un número de compromisarios o electores igual al total de senadores y representantes que le corresponden en el Congreso. Son, por tanto, 538 compromisarios en total, suma de los 100 senadores y de los 435 representantes, más tres electores designados por el distrito de Columbia, donde se encuentra la capital federal, Washington.Aunque estos compromisarios, que son los electores directos del presidente, disfrutan en principio de entera libertad para votar por el candidato que deseen, de hecho su pertenencia a un partido determinado condiciona sus votos en un sentido o en otro.

Los compromisarios de cada uno de los Estados votan con papeletas diferentes para el presidente y para el vicepresidente. Una vez que los resultados de todas las votaciones se envían a Washington, es el Congreso el que, en sesión conjunta, procede al escrutinio de los sufragios.

Fue en 1792 cuando se fijó la fecha para la reunión de los compromisarios en el Congreso: el segundo lunes después del primer miércoles de diciembre. En 1988, la elección se producirá, en consecuencia, el 19 de diciembre.

270, número mágico

En esa fecha se nombra presidente a aquel candidato que obtenga la mayoría absoluta del número de electores, es decir, 270 votos. En el supuesto de que ningún candidato obtuviera la mencionada mayoría, es la Cámara de Representantes la que elige al presidente entre los tres candidatos con mayor número de votos (enmienda XII de la Constitución). En este supuesto, cada Estado sólo tiene derecho a un voto. Esta situación sólo se ha producido en el pasado en dos ocasiones, en las elecciones de 1800 y de 1824.

El sistema norteamericano permite, de hecho, que alcance la presidencia un candidato que no haya obtenido el mayor número de sufragios populares, ya que en cada Estado el candidato triunfador, con independencia de la amplitud de su victoria, se lleva los votos de la totalidad de los compromisarios, según el principio winner takes all (el vencedor se lo lleva todo), como sucedió con los presidentes Rutherford Hayes, en 1876, y Benjamin Harrison, en 1888.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El presidente electo toma posesión de su cargo el día 20 de enero posterior a su elección, excepto si cae en domingo, lo que obligaría a posponer un día la ceremonia.

En tres ocasiones se ha intentado la reforma de este sistema. En 1969, la Cámara de Representantes propuso que el presidente fuese elegido por sufragio universal y directo, a condición de que la persona designada reuniese el 40% de los sufragios, pero el Senado lo rechazó. El presidente Jimmy Carter, entre 1977 y 1979, promovió un nuevo proyecto basado en el anterior, pero tampoco tuvo éxito.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_